GUÍA DEL SEXO
¿Por qué hay quienes tienen fantasías sexuales con asesinos o criminales?
(Foto: Unsplash)
Si bien muchas teorías filosóficas apuntan a que la mayor nobleza del ser humano está en perdonar y amar al enemigo, enamorarse y/o sentir atracción sexual por criminales, asesinos y personas potencialmente peligrosas está considerado una parafilia llamada hibristofilia.
Si bien no existe un perfil específico de las personas que desarrollan esta parafilia, si se sabe que es más común en mujeres que en hombres; lo mismo pasa con las causas que lo originan, no hay un consenso que las especifique, sin embargo, algunas personas con hibristofilia han tenido problemas de apego en la infancia por no tener una figura de autoridad fuerte (que no significa opresiva), también se ha visto una innata necesidad de tener una pareja poderosa y fuerte como protección.
Psicólogos como Dale Paterson y Richard Wranghram, explican que desde el punto de vista de la biología, las mujeres se sienten atraídas y buscan de una manera natural hombres dominantes y fuertes que les garanticen una protección no solo a ellas sino a sus familias aunque eso implique que deban matar.
La mayoría de quienes la han estudiado creen que esta inclinación amorosa por parte de las mujeres tiene su raíz en una fantasía de poder y a la idea de que pueden rescatar al hombre del mal, así como a un deseo narcisista de salir del anonimato a través de la pareja.
Los estudios han llevado a distinguir dos tipos de hibristofilia, una pasiva en la cual hay delirios frecuentes de la mujer con esa idea de poder cambiar a la persona y que vivencian mandando cartas o mensajes de amor a los criminales; y la agresiva donde la persona ayuda al criminal a perpetrar los delitos haciéndose cómplice del delincuente.
Las mujeres con hibristofilia creen que el asesino es en realidad un víctima, un ser rechazado por la sociedad debido a los crímenes que ha cometido al ser víctima de las circunstancias, que necesita amor, comprensión y dedicación, que ellas desean ofrecerle de forma que se desarrolle una dependencia de amor incondicional hacia ellas.
Cuando el criminal está preso, la relación de estas mujeres se vuelve idílica pues no padecen el problema de no saber donde está su hombre y creen que ellos, por esta condición están pensando el ellas las 24 horas con deseos de estar en su compañía.
Algunos expertos señalan que estas mujeres en su mayoría de entre 30 y 40 años, en ocasiones tiene una pobre imagen de ellas mismas derivada de una historia familiar de abuso y maltrato y usan esta relación para redimirse y de ser las víctimas pasan a ser las redentoras que tiene el control, quienes toman las decisiones de cuándo ver a la pareja a quien su amor salva, esto último como un reflejo de un instinto maternal mal desarrollado o mal comprendido, de hecho son relaciones románticas donde no hay ningún tipo de contacto sexual.
Por la peculiaridad de esta parafilia, existen terapias para superarla entre las que se encuentra la psicoanalítica, la farmacológica que con el uso de fármacos se ayuda a la persona a reducir el deseo sexual; y la terapia cognitiva conductual, en la que el paciente reconoce las distorsiones que tiene de la realidad para reemplazarlas por otras que correspondan más a la realidad.
Algunas personas fantasean con esta parafilia, al sentirse atraídas por delincuentes, matones y criminales personificados en series de televisión, o películas.