"Regresé con mi marido y ya no lo aguanto, quiero de nuevo mi libertad"

PREGUNTA: A mi sobrina la trató de manosear el marido de mi hermana. La mitad de la familia le cree a él, que dice que no es verdad, y la otra mitad a mi sobrina, que sabemos que nunca inventaría algo así. Así que la familia ahora está rota, dividida. ¿Qué hacer? ¿Habrá solución?

RESPUESTA: Este es un momento tremendamente difícil. Muchas familias se fracturan por una situación de este tipo. Es importante que tu sobrina se sienta apoyada y querida. La denuncia familiar siempre pone al descubierto lo que no quieren ver.

PREGUNTA: Desde que murió mi papá, me he estado poniendo sus camisas y sus pijamas… También un saco que encontré y que me imagino que siempre le quedó chico. Tener su ropa en contacto con mi piel, verme al espejo con su camisa y hasta el olor que guardan sus cosas, me ha dado la sensación de que lo tengo cerca, de que está conmigo, a pesar de su partida; lo que sucede es que me veo marimachona, su ropa me saca al masculino que traigo dentro y eso me hace verme distinta y sentirme otra, pero me gusta, me gusta mucho. Está raro, ¿no?

RESPUESTA: Raro, pero divertido. No es tan grave ni tan loco, ni tan nada. A lo largo de la vida pasamos por muchas facetas. Este es un buen momento para explorar esa parte masculina que vivía dormida en ti y que te gusta.

PREGUNTA: Esta semana, crecieron por fin los tomatitos de mi planta que tanto cuido. Los había estado esperando con ilusión, me los quería comer con mi esposa, pero tuvo a bien cortarlos el día que le enseñaba mi huerto a sus amigas. Se los comieron ellas. Mis primeros tomatitos…y bueno, por ridículo que parezca lo tomé como una falta de amor y de consideración. Desde entonces, me pregunto yo todos los días ¿por qué esa falta de cuidado?, ¿será falta de cariño? ¿Estoy exagerando? ¿Estoy mal?

RESPUESTA: Debes de expresar lo que sientes y lo que valoras. Son esos pequeños grandes detalles lo que lo cambia todo. La cotidianidad es importante y la insensibilidad de la que hablas se reduce a mala comunicación. El cuidado y el amor a las plantas que uno cosecha, no se le da fácil a quien no las cuida, a quien no las ve crecer.

PREGUNTA: Me enfermé de Covid y como el hermano de mi esposo es doctor, se ofreció a llevar mi caso. Quería orientar también mi proceso de sanación. Yo no le solicité la ayuda, porque tengo un médico de mi confianza, un doctor que ha tratado a mis padres desde que era yo una niña. Bueno, el caso es que, además de sentirme enferma, tuve que estar lidiando con mi marido de qué instrucciones debemos de seguir. Dos días estuve muy mal, pero me fui recuperando y le dije a mi cuñado que ya lo iba a ver con otro médico. Mi esposo sigue enojado conmigo, no me dirige la palabra y de intimar conmigo, ni hablamos. ¿Quién es más importante el enfermo o el pariente sano que está pidiendo ayuda?

RESPUESTA: La enfermedad es un momento difícil para tomar decisiones. Todo ayuda y a la vez todo estorba. En lugar de hacer un problema, deberías estar agradecida de que estás de nuevo activa y sana. Cambia tu actitud…quien ayuda a tu marido en momentos difíciles, te ayuda también a ti. Agradece.

PREGUNTA: Estoy viviendo con mi novio otra vez. Hace dos años decidimos separarnos, dejar de vivir juntos, pero él no vive bien sin mí, no se sabe cuidar y pues, ya está de regreso conmigo, un poco por su salud y otro poco por su mala economía. En este tiempo, me acostumbré a mis espacios, mis rutinas y a estar sola. Ahora me vuelvo a sentir saturada de él. Me molesta la forma en que le gusta que yo lo atienda. No es servicial, ni generoso con su tiempo. No sé cómo volver a agarrar ritmo de pareja, simplemente no lo sé.

RESPUESTA: El reto está en poner límites y tareas. Eso se debe de hacer en este mismísimo momento en que regresó a vivir contigo, no esperes a que él cambie, cambia tú. Di con claridad la forma en que quieres recibir su apoyo. El vivir contigo debería ser un premio para él. Es difícil, no imposible.