RELATOS ERÓTICOS

¿Engañó a su cliente? Lulú Petite narra extraña historia

La rubia saca la polvera y la pone frente al hombre que coloca su dedo índice en un pequeño rectángulo dorado. En el espejo dice: [Libre de virus]

¿Engañó a su cliente? Lulú Petite narra extraña historia

¿Engañó a su cliente? Lulú Petite narra extraña historia (Foto: El Gráfico)

Sexo 28/11/2023 14:29 Lulú Petite Actualizada 14:29
 

Querido diario: Corre el año 2086. En un elevador una rubia muy hermosa, con un vestido ajustado, sube al piso 215 de uno de los edificios de avenida Central. Mira en el espejo sus grandes ojos verdes, saca de su bolso una polvera, la abre. Pone un dedo en el espejo y sus ojos se vuelven azules.

La inteligencia artificial domina el mundo. El transporte es de energía solar. El riel elevado lleva cómodamente a la población dentro de las ciudades y trenes continentales recorren hasta 150 kilómetros en 10 minutos. Las ciudades son verticales. Edificios altos y sustentables con biósferas artificiales.

La rubia baja en su piso y camina por un pasillo largo y estrecho. Toca la puerta en el depa 215-38 y abre un hombre bajito que le da un beso en los labios y la invita a pasar.

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La rubia saca la polvera y la pone frente al hombre que coloca su dedo índice en un pequeño rectángulo dorado. En el espejo dice: [Libre de virus] [Esterilidad activada]. Una vez que se prende una luz verde, el chico saca una polvera parecida y la rubia hace lo mismo.

El tipo pide a la rubia que se arrodille, saca su miembro y lo encaja en su boca. El hombre clava su miembro en la garganta de la chica que recibe las acometidas orales cerrando los ojos y gimiendo entre el placer y la asfixia.

Se desnudan. El tipo pone a la mujer en cuatro, escupe hacia el sexo, esparce su saliva con los dedos y le mete el miembro por el ano.

La rubia respinga, pero recibe las embestidas. El tipo se viene gimiendo y, cuando se la saca, una gota de esperma espeso resbala por el orificio de la rubia.

La chica sale del departamento, camina por el pasillo, sube al elevador y vuelve a sacar la polvera. Revisa que recibió 8 mil créditos del tipo. Son-ríe, toca un par de botones y su cabellera se vuelve castaña y corta, sus ojos negros. 

Es bajita y algo redonda. “Benditos filtros”, piensa, antes de subir al vagón del riel elevado.

Perdón por la historia rara, la soñé y quise compartirla.

Hasta el jueves, Lulú Petite.

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