RELATOS SEXUALES
“Se lo apreté tanto, que lo dejé sin ninguna gota”, por Helena La Mala
(Foto: Archivo, El Gráfico)
Hola, mis amores, muy feliz miércoles a tod@s. Espero que sus días vayan de maravilla, pero si no es así tienen la oportunidad de hacer el delicioso, ¡cojan!
Tal vez no arregle nada, pero se olvidarán de todo por un momento. Justo así me acaba de pasar, fuimos de día de campo y fue un día estupendo, pero al llegar a casa me dio tristeza que ese día tan lindo terminara.
Además, mi pareja tenía que salir por trabajo y me quedaría solita en la noche; me puse más achicopalada. Me metí a bañar para relajarme un poquito y mientras me enjabonaba, escuché la puerta abrirse: era mi pareja. Se enjabonó rápido y empezó a manosearme entre las piernas.
No podía resistirme a darle un palo antes de que me dejara sola en la casa. Así que me empiné para que pudiera manosearme mejor. Cuando menos me di cuenta el agua que escurría por mis piernas, ya era espesa y pegajosa. Se estaba mezclando con mis jugos, levanté la cadera y él, con su mano, apuntó su miembro ya bien duro y goteando, listo para mí. Ese ‘pre’ le había servido para ponerse tan tieso que tenía que metérmelo y vaciarse dentro de mí.
Estuvimos haciéndolo en esa misma posición por un buen rato. Sentía el agua escurriendo por mi cara y mi flujo por mis muslos. Sentí ese ritmo tan peculiar que empieza a tomar cuando está a punto de terminar. Apreté su miembro con mi amiga y lo exprimí hasta la última gota.
Cuando salí de bañarme, solo me puse un calzón y me quedé acostadita viendo Netflix, se acercó, me besó la mejilla y se fue.
La verdad seguí un poco chípil, pero por lo menos en la regadera lo pasé delicioso. Ya sé, coger no es la solución para todo, a veces no lo es para nada, pero seguro que en ese rato no piensan en otra cosa que no sea el placer.
L@s adoro y espero con ansias la próxima semana, para que me tengan en sus manos.