LA GUIA DEL SEXO
¿Te rechazó la persona de la que estás enamorada? Eso tiene solución, tienes que leer esto
(Foto: Unsplash)
Cuando uno escucha la palabra adicción, varios conceptos vienen asociados y entre ellos el placer. Es decir uno reconoce que las adicciones se dan por una dependencia incontrolable hacia algo que nos genera placer, pero ¿cómo es que el rechazo puede ser placentero?
Pues no, no lo es, pero sentirlo desencadena la segregación de neurotransmisores que generan efectos idénticos a los que son producidos cuando hay adicción a la cocaína, y solo se puede curar con abstinencia.
Es decir, los últimos resultados dentro de las investigaciones sobre el sentimiento de rechazo tienen fundamento biológico, que sostienen que el cerebro humano puede tratar al amor como una adicción, ansiándolo igual que el cuerpo a la cocaína.
Los estudios de la Universidad de Rutgers encontraron que la actividad más alta está cerca de la base del cerebro asociada con la adicción profunda a la cocaína, así como en una región asociada a la nicotina, de manera que se puede considerar al amor romántico, ese que no es correspondido o está siendo rechazado constantemente, como una adicción.
El punto crítico de esto es que al ser rechazada, la persona aún está perdidamente enamorada y ansía a la persona, tiene pensamientos obsesivos sobre ella, y se presenta dolor emocional y físico pues hay un sentimiento de profundo apego a esa persona, además de que de manera desesperada trata de entender qué pasó para que se haya dado la separación.
Desde el punto de vista de la psicología, en una relación de pareja se invierte esfuerzo, tiempo y energía, al separarse la ansiedad hace que la persona siga dando eso pero canalizado de manera negativa.
Lo anterior, a través de comportamientos obsesivos incluido el acoso, pues se activan en su cerebro zonas relacionadas con las conductas adictivas, y también las áreas donde se gestan los pensamientos obsesivos, lo que ocurre cuando bajan los niveles de serotonina.
Se sabe que la mujer es cinco veces más propensa a depender emocionalmente, especialmente del amor, mientras los hombres están diez veces más predispuestos al apego sexual.
Por lo tanto, mientras menos sepamos manejar el rechazo más adictos seremos a él, con la nefasta consecuencia que ello implica pues la insistencia puede resultar cargante, ofensiva y, sobre todo, conseguir el efecto opuesto.
Entre las razones fundamentales que los investigadores señalan como necesarias para vencer la adicción están el respeto a uno mismo, la dignidad personal y la necesidad imperiosa de higiene mental.
Por otro lado, el empecinarse en ese deseo compulsivo, de descarga, sin una pizca de sensualidad o emoción, es motivo más que suficiente para apagar definitivamente la libido.
Por ello, una parte fundamental de la solución es reconocer que ese sentimiento percibido con el rechazo es desproporcionado y está sesgado por la propia necesidad emocional.