¿Tu novia o novio te culpa de sus desgracias y sientes que te chantajea? Debes leer esto

Las estafas emocionales no son cosa nueva, los estafadores emocionales han existido desde los tiempos más remotos en la historia de la humanidad, pero como todo lo que tiene que ver con el desarrollo humano, éstos también se han modernizado en sus técnicas, estrategias, medios de acción y tretas.

Un estafador es aquella persona que utiliza el abuso de confianza para cometer un delito al obtener riquezas por medio de una trampa o un ardid. De forma tal, el de tipo emocional se dedica a crear lazos emocionales con la víctima para, a través de ella, conseguir dinero. 

Entre las trampas que suelen utilizar está el chantaje emocional, que como señala la psicóloga Susan Forward es una arma poderosa de manipulación con la que la gente cercana a la víctima los amenaza, ya sea de forma directa o indirecta, y castigar si no consiguen lo deseado. 

Así, el chantajista emocional actúa en función de sus propios intereses haciendo sentir culpable y provocando miedo a su víctima con el chantaje.

El estafador emocional usa sus relaciones amorosas o de afecto para sacar ganancias económicas. Por ejemplo, se hace la víctima de que no le han pagado en el trabajo para que la otra persona se conmueva y sienta la obligación de ofrecerle el dinero que necesita en ese momento de desgracia.

Si no lo hace, el farsante aumentará su actitud depresiva para hacer sentirlo culpable. De no funcionar esta primera opción empezará a lanzar chantajes sutiles como decir “Te amo, pero para conseguir el dinero tendré que dejar de verte, o mudarme, etcétera”, o “no te preocupes, ya estoy acostumbrado a salir solo de mis problemas”. 

El estafador se quedará en la relación haciendo estos círculos viciosos hasta que su víctima no tenga nada más que darle ya sea económicamente o en sumisión, al dejarse manipular y hacer lo que el estafador le pida, como transportar droga, por ejemplo.

En otros casos, la estafa emocional es el primer paso para cometer otros ilícitos como la trata de personas, donde el estafador enamora a la víctima y la hace viajar a otro país haciéndole creer que la necesita a su lado pero al llegar se encuentra que es parte de una red de prostitución de la cual no puede salir al ser chantajeada.  

Una forma de detectar a un estafador emocional es que se hacen pasar por víctimas del destino pero que, de inicio, se presentan como personas que pese a su traumática vida llena de pesares, han logrado salir adelante.

Lo anterior para generar confianza, pero en cuando están según ellos “en el mejor momento de sus vidas” o “a punto de lograr un gran éxito”, algo ocurre y necesitan que la pareja los ayude a salir adelante, lo que repiten una y otra vez.  

Hoy las redes sociales están plagadas de estafadores emocionales que consiguen a sus víctimas de manera fácil al captar principalmente a personas con baja autoestima, deprimidas o con carencias emocionales y de atención muy marcadas a las que les prodigan, de primer momento, los cuidados que desean, para una vez establecido un vínculo afectivo y generar cierta dependencia emocional, puedan aprovecharse de ellas.