En estado de ebriedad, Efraín discutió con su esposa, le reclamó que no lo amara y luego se lanzó hacia el fondo la barranca
Traigo estas ganas de ahogar en mezcal las letras de tu nombre. Traigo la resaca que me dejó tu cuerpo desnudo, cada jueves y también los sábados.
En las madrugadas los celos te carcomerán las pestañas, como esas ratas que hacen su nido con papel periódico
Varias parejas de la farándula toman la decisión de separarse; Lizaldi anuncia su divorcio
Nadie sabe qué carajos hacer cuando se enamora sin precauciones, cuando se emboba con alguien que dedica canciones que hablan del fuego en la cama
Habría que cultivar dardos y regarlos con la amargura de un cupido desempleado, que se tiró al vicio de olvidarte con tequila
Traigo este traje oscuro, impecable. Uno nunca sabe cuándo ni dónde se le torcerá el destino. Ni cuándo habrá de curarse el desamor con pastillas de paracetamol.
Rencor y olvido desmenuzados, como desayuno. Para comer, desamor sazonado con tu amargura. En la merienda, café y pan duro en vez de cianuro.