Había sábados sin días de campo, ni cumpleaños con pastel. Fueron domingos sin retratos con papá. Fueron años que se desgastaron como la suela de los zapatos.
Nunca fui un niño de sonrisas ni tenía un perro ‘Firulais’. Yo no sacaba diez en inglés, ni era el preferido de la Miss. Yo era un chavito con tenis viejos y percudidos.