A veces me despierto en la madrugada, creyendo haber escuchado la alerta sísmica, pero sólo son mis nervios o estos sueños en los que ardo en el infierno
En un mundo ideal, no seríamos esclavos del tiempo ni del odio. No tendríamos deudas con el pasado, ni rencores para el futuro o sueños llenos de sobresaltos.