¿Abstinencia sexual?
(Foto: Archivo, El Gráfico)
No es lo mismo no querer, que no poder, y en el sexo esa discrepancia hace toda la diferencia, pues la abstinencia sexual tiene por lo menos dos caras. Una de ellas es cuando se da por decisión propia y otra cuando no es deseada; cada caso tiene sus pros y sus contras, aquí algunos.
La abstinencia sexual se define como la decisión personal de no tener relaciones sexuales. No hace falta ser virgen para practicarla, tampoco hay que confundirla con las relaciones sexuales sin penetración, ya que estas últimas permiten la transmisión de enfermedades como en el caso del sexo oral, el anal y hasta el contacto íntimo piel con piel pueden contagiar verrugas genitales o el herpes.
Cuando se habla de abstinencia sexual completa se hace referencia a que no hay ningún tipo de contacto sexual, y por tanto, es el único tipo de anticoncepción que siempre impide el embarazo y protege contra infecciones.
Es un apoyo
Además de estas dos ventajas, la abstinencia puede ser un apoyo cuando se está superando un duelo, esperar por la persona adecuada, madurar la relación de pareja en áreas de conflicto, superar una enfermedad, llevar a cabo un tratamiento médico, enfrentar una rehabilitación, o permitir enfrentar ansiedades, miedos o estrés con menos presión.
Entre las desventajas, por ejemplo, en las relaciones sin penetración sí hay posibilidad de contagio de enfermedades, y psicológicamente, si la pareja permanece por mucho tiempo solo con este tipo de relación erótica puede empezar a tener problemas emocionales pues se estanca el desarrollo erótico y la expresión sexual de ambos.
El sexo debe tenerse cuando apetece y no forzarlo cuando no se quiere, pues atenta contra la sana sexualidad de las personas.