Datos impactantes que no conocías de los besos

Sexo 14/02/2019 05:18 Cecilia Rosillo Actualizada 12:29
 

Más allá de que son una expresión de amor entre personas, los besos tiene una utilidad real, por ello psicólogos evolucionistas señalan que el ser humano está genéticamente predispuesto para perpetuar la especie y el primer recurso que se usa es besar, pues con ello se busca pareja y se estrechan vínculos.

En lo que a perpetuar la especie se refiere, esto tiene que ver con nuestra sensibilidad inconsciente para analizar señales químicas que vienen del cuerpo de la potencial pareja. El olfato es quien tiene esa tarea, pero el sentido del gusto también sirve para algo similar, pues cuando besamos, vemos, olemos, sentimos al otro. Su saliva contiene cantidades de hormonas que constituyen un indicador de su personalidad. Además de los gérmenes.

Al besar, el cerebro se pone activo. Cinco nervios le llevan mensajes de lo que están sintiendo. Por eso es una herramienta de evaluación muy poderosa, pues al detectar patrones químicos en la saliva de la otra persona, se conoce el estado general de su cuerpo, sus niveles hormonales y las características del sistema inmunitario.

También es una forma de conocer indirectamente el estado de salud de quien se nos ha acercado, conocer hasta qué punto su sistema inmunitario complementa al nuestro, y a partir de ahí decidir inconscientemente si puede ser una buena pareja reproductora, anticipa la compatibilidad sexual.

En lo que a estrechar vínculos se refiere, tiene una vertiente inconsciente que va más allá de la carga simbólica asociada a esta costumbre. Los besos producen un incremento en la segregación de oxitocina y endorfinas, sustancias asociadas a la creación de vínculos afectivos y la eliminación de tensiones, estas hormonas de la familia de la morfina disminuyen el estrés, alivian el dolor, relajan los músculos e inducen a un sueño reparador.

También se libera adrenalina, que induce a la producción de colesterol bueno y, como se intercambian millones de bacterias, se refuerzan las defensas. Los neurotransmisores serotonina y dopamina, asociados al enamoramiento y la adicción, también se disparan durante el beso, lo cual, si le añadimos el cóctel de hormonas anterior, puede contribuir al enamoramiento. 

Con el beso se involucran directamente el erotismo, el deseo, la actividad sexual y los orgasmos.

Besamos porque nos gusta, pues la evolución ha hecho que la principal utilidad del beso sea, principalmente, obtener placer.

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