No todas las discapacidades son iguales y por lo tanto la sexualidad se desarrolla, se entiende y se vive de manera diferente frente a ellas, no es lo mismo educar sexualmente a niños con discapacidad intelectual que a un ciego o un sordo.
La principal característica de los niños con discapacidad auditiva está en que muchas veces el lenguaje y la simbolización se encuentran limitados, pero los niños sordos no están limitados solo por su discapacidad auditiva, sino porque encuentran menores oportunidades de diálogo y menos motivación a relacionarse con quienes les rodean, lo que afecta el desarrollo de las primeras relaciones interpersonales e implica que muchas veces el niño no cuente con las habilidades sociales y emocionales que requiere para compartir su tiempo con otros y la información esencial en relación a temas de la vida cotidiana se ve limitada o fragmentada.
A TRAVÉS DE SEÑAS. Además, como la lengua de señas se apoya en el cuerpo de las personas y se construye con elementos del cuerpo como los movimientos, las formas de la mano, los gestos los niños y niñas sordos tienen una manera visual de entender el mundo y las relaciones, lo que hace que muchas veces las señas relacionadas con la sexualidad sean “vistas” por los oyentes como “demasiado explícitas” ya que involucran “literalmente” las partes del cuerpo y necesitan tocarlas para comunicarlas.
De igual manera, como las señas son vistas por todos lo que comparten un mismo espacio físico; no existe la posibilidad de hablar en secreto, o en voz baja, como hacen los oyentes cuando necesitan tratar un tema privado, todo lo que se desea decir es visto por tanto es mucho más complejo explicarles a estos niños las ideas de ‘privado’, ‘secreto’, ‘confianza’ o ‘intimidad’.
Adolescentes en riesgo. La sexualidad de estos niños y adolescentes suele verse más expuesta y los hace más indefensos que a otros sectores sociales, lo que no en pocos casos les genera problemas, angustia y confusión. La necesidad de apoyo se debe extremar especialmente cuando hay situaciones vinculadas a una relación sexual no consentida, a posibles infecciones de transmisión sexual o a embarazos. Por ello, los padres, para educarlos en este aspecto, deben usar diferentes señas, gestos, dibujos y palabras hasta estar seguro de que su hijo le ha entendido bien.
VIVEN LIMITACIONES. Los niños y niñas con discapacidad visual están privados de algunas herramientas que permiten aprender acerca de las diferencias sexuales, comprender los códigos de relación con otros y ajustar sus comportamientos, tomando en cuenta lo que la cultura considera apropiado. Ellos, tienen al tacto como un apoyo fundamental para entender, conocer y reconocer a las personas, pero en el sexo lo seguro es no tocar.
Los niños y adolescentes con discapacidad visual tienen un gran obstáculo: conocimiento insuficiente de la anatomía masculina y femenina, eso puede ocasionar inseguridad al pensar que no tiene una apariencia atractiva y sentirse en duda de su potencial para conquistar a otros/as.