"Mi esposa, en uno de sus arranques estando tomada, con el bat de baseball, destruyó la puerta de la recámara, donde yo estaba tratando de huir de ella para evitar una provocación. Puesto que mido 1.80 y estoy fuerte, nadie podría pensar que soy un ‘hombre golpeado’. Pensé en llamar a la Policía esa noche" Diego, mesero de 37 años.
No hay razón por la cual, la incontinencia urinaria impida a cualquier persona llevar una vida activa e incorporada a la sociedad, si se trata adecuadamente