Perdieron hasta sus mascotas
Víctimas del fuego claman por ayuda, en Toluca
Hace 4 días un incendio acabó con su patrimonio, hoy sólo tienen la ropa que llevan puesta
(Foto: Ximena García)
Un corto circuito redujo a cenizas 35 años de esfuerzos, sacrificios y calor de hogar.
El lunes por la tarde la vida de María del Carmen Ramírez y de sus hermanas, María Guadalupe y Gloria María cambió drásticamente, sus casas se incendiaron, nada quedó, incluso perdieron a sus mascotas.
LO QUE EL FUEGO SE LLEVÓ. Cuando se originó el incendio, dos de los hijos de las víctimas estaban en lo que fue su casa.
El olor a quemado los alertó y pudieron salvar la vida, pero nada más. No pudieron ayudar a tres de sus perritos, tampoco sacar los documentos importantes, ni sus útiles. Como pudieron, sortearon las llamas que rápidamente devoraron muebles, ropa, toda una vida.
Hoy, sentados en un sillón colocado dentro una carpa que les prestaron, en la cual duermen los adultos al filo del arroyo vehicular de Avenida Solidaridad Las Torres, en la esquina con Quintana Roo, contemplan su pérdida.
Sus niños no pernoctan ahí, pues viven con el temor a que un accidente pase, los hijos de cada una han tenido que refugiarse en casas de amigos y vecinos.
Sollozando la pérdida, la familia Ramírez pide ayuda, ayuda para levantarse, para seguir adelante, para cobijarse de la realidad de que sólo les queda lo que traen puesto.
“Ropa, ropa interior, champú, zapatos, toallas sanitarias, una cobija, lo que sea, lo que su corazón nos quiera dar, que nos ayude a salir de esto”, fue el llamado de las hermanas víctimas de la tragedia.
Con lágrimas en los ojos y carentes de esperanza alguna piden que la gente se toque el corazón y les ayuden a ponerse de pie.
También piden que, tanto el gobierno municipal como el estatal, les volteen a ver; están sumidos en la desgracia y hoy necesitan de todos.
A cuatro días del incendio, las Ramírez no entienden porqué les pasó a ellas, a sus esposos y a sus hijos, quieren entender y sobreponerse a la situación, pero no pueden, no dejan de llorar lo que fuego se llevó.
(Fotos: Ximena García, Archivo El Gráfico)