Promueven los derechos humanos
Niños liberan a animales en el parque Cacalomacán
Águilas, lechuzas, pájaros y un coyote, que habían sido decomisados por la PROFEPA, regresaron a su hábitat natural
Un coyote del Nevado de Toluca llegó a una casa de Mexicaltzingo ante los ojos de una familia, que, asustada, pidió auxilio a las autoridades. Este mamífero fue una de las especies que ayer fueron liberadas en el Parque Ecológico Ejidal de Cacalomacán.
Con el apoyo de niños promotores de los derechos humanos, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) liberó tres aguilillas cola roja, una lechuza campanario y otras 22 aves, entre ellas diez gorriones.
La delegada estatal de PROFEPA, Ana Margarita Romo Ortega, explicó que estas especies fueron decomisadas durante diferentes operativos o bien, aseguradas, como es el caso del coyote que fue entregado por la familia del Nevado.
AL RESCATE.
Según la delegada, en lo que va del año, se han decomisado o asegurado 79 ejemplares de diferentes especies, principalmente lechuzas y serpientes.
Los animales se decomisan cuando el propietario no le da un trato digno o porque no acreditan la legalidad de la procedencia, es decir, que
los extrajeron de su hábitat natural y no de una unidad de manejo y aprovechamiento sustentable.
La PROFEPA asegura a las especies cuando las personas hacen la entrega voluntaria.
“Mínimo una vez a la semana en la delegación tenemos una entrega voluntaria de algún ejemplar, puede ser una tortuga, un ganso o un águila que por una razón llegó a sus manos”, preció Romo Ortega.
En el caso de las aves, cuando éstas no cuentan con las condiciones de ser liberadas en su hábitat, se envían a las UMAS (Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre o bien, a un zoológico.
“Si un médico veterinario, nos dictamina que tienen las condiciones para sobrevivir en vida libre, es decir; que sepan buscar su alimento, comer vivo, cazar, son liberadas, si son importadas, es decir; que ya están acostumbradas a la mano del hombre, sería un crimen liberarlas”, manifestó.
Cabe destacar que el tráfico ilegal de animales de vida silvestre es un delito catalogado a nivel de narcotráfico por ser lucrativo y en México se castiga hasta con nueve años de prisión y si se le da una agravante se puede sancionar hasta con 12 años.