Las herramientas comienzan a escasear
Voluntarios llegan de todas partes para ayudar a habitantes de Joquicingo
Ayer llegaron aproximadamente mil personas al lugar
Ximena García, El Gráfico
Joquicingo, lugar donde hay barro fino, pero también esperanza debajo de los escombros, zona donde la tragedia llegó, pero a la par la generosidad.
De distintos puntos del país, jóvenes y adultos se organizan para ponerse a disposición de quienes más lo necesitan, tan sólo ayer un aproximado de mil voluntarios llegaron.
Los elementos de seguridad como guantes de carnaza y cascos comienzan a escasear, así como las herramientas, pero eso no los detiene, siguen trabajando con las manos, aunque éstas les duelan, aunque el cansancio los tenga rendidos, su espíritu se ha convertido en inquebrantable. La gratitud se refleja en la mirada de Paula Saldívar, quien asegura que no puede creer lo que están haciendo por su pueblo, pues han llegado cuadrillas desde Naucalpan, Ecatepec, Toluca, e incluso desde la Ciudad de México, Michoacán y Jalisco.
"Está bien, está muy bien, gracias, Dios les pague más esto que están haciendo por el pueblo", dice mientras se limpia los ojos y regresa a la espera de una de las despensas que llegaron.
Sin embargo, la desconfianza y, a momentos, la desorganización impera. Las cuadrillas prefieren pararse en el primer o segundo barrio (los más afectados) y repartir ellos mismos los víveres, a pie de calle, entre escombro y gritos de apoyo de los que están ayudando a limpiar y a derribar lo que ya no puede sostenerse.
En el centro de acopio organizado por el Ejército, en la escuela primaria León Guzmán, la ayuda rebasa las manos que pueden clasificarla, desde el día uno se han recibido víveres, por lo que los voluntarios son menos de los necesitados en el punto.
"Llevo dos horas y media formada para que me den una despensa, una cobija y papel de baño. Tengo 60 años y ya me dolieron los pies, nos piden paciencia porque están clasificando lo que les traen, pero ya estamos cansados, ojalá vinieran más manos a ayudar a clasificar y que todo fuera más rápido", comparte doña Ana.
Si bien la atención médica está cubierta, pues incluso Carlitos, un niño con distrofia muscular, ha podido recibir fisioterapia, hacen falta medicamentos especializados como antihipertensivos y para la diabetes.