tradición y fiesta
Fieles católicos celebran en grande el día de la Candelaria, en San Pedro Tultepec
Los arrieros, los apaches, los coantepecos y los vecinos de los arcos cuando danzan, son apenas los vestigios de una festividad que era de agricultores y que se ha perdido
(Foto: Archivo El Gráfico)
Para los habitantes de San Pedro Tultepec, los festejos de la Virgen de la Candelaria significan pasión, tradición, devoción y fe. El sincretismo se da cada 2 de febrero, pues mientras los pueblos originarios danzan y esperan la bendición de la semilla, católicos visten con sus mejores ropones al Niño Dios. Aunque las festividades comienzan una noche antes, cientos de personas se acercan a la iglesia de San Pedro Apóstol para rendirle culto a su santa patrona, entre música de banda y aroma a copal.
Aunque no es una tradición que se ha mantenido íntegra, lamenta Cornelio Osorio Flores, de 68 años, quien durante 17 años ha sido parte de la danza de los cuantepecos (trabajadores del campo), originarios de Tultepec, influenciados por los pueblos originarios de Morelos.
Recordó que hasta hace unos años, era común ver a las personas llegar con semillas de maíz, haba, cilantro, chícharos en una casta, para implorar con un buen inicio del ciclo agrícola.
Los arrieros, los apaches, los coantepecos y los vecinos de los arcos cuando danzan, son apenas los vestigios de una festividad que era de agricultores y que se ha perdido.
Actualmente, la gente llega con niños ataviados con todo tipo de accesorios, sin semillas y parten del atrio de la iglesia para disfrutar de juegos mecánicos, mientras que la virgen de la Candelaria va con los mayordomos que la custodiarán hasta el otro año.