TRAYECTORIA FAMILIAR
A pesar de sus dificultades, sigue ayudando en la Cruz Roja de Toluca
Rafael Águila lleva 48 años entregado a su vocación y la amputación de su pierna no es impedimento para él
Foto: Archivo El Gráfico
A las 7:00 de la mañana, todos los días, Rafael Águila, comandante de la Cruz Roja, se levanta, la diabetes y sus consecuencias traducidas en la amputación de una de sus piernas no es impedimento alguno, su vocación de servir le hace luchar incluso contra su cuerpo, como lo ha hecho durante 48 años.
Desde que tenía 6 años comenzó a visitar las estaciones de la Cruz Roja, primero en la Ciudad de México. Servir ha sido el oficio que le transmitió su abuelo, quien perdió la vida cuando viajaba en una ambulancia como técnico de urgencias. Se lo reforzó su padre, quien durante 58 años dedicó sus esfuerzos a ayudar desde la Cruz Roja.
Hoy, con la mirada llena de satisfacción, el Comandante Águila reconoce que no ha sido fácil, lo mismo le ha tocado rescatar cuerpos durante dos meses en el mar de Campeche tras el hundimiento de un barco, que rescatar a niños de la muerte tras un hecho de tránsito.
Tras recibir el nombramiento como presidente delegacional, reconoce que el agradecimiento de las personas que a través de la Cruz Roja pueden salvar sus vidas, es lo que debe mover a todos los que en la institución colaboran.
"Es una satisfacción que me da el poder apoyar a la institución, como lo he hecho muchos años. Fui del curso piloto de paramédicos en el país, soy el 001, la técnica y el equipo han cambiado bastante, tenemos que estar preparados para poder hacer nuestro trabajo mejor".
El reto, advirtió, es la capacitación de los nuevos y ya permanentes voluntarios, paramédicos y técnicos en urgencias, ya que hay que portar el uniforme con orgullo y respeto.