Ahuyenta a los moscos
(Foto: Archivo, El Gráfico)
Los insectos son una amenaza mundial, sus piquetes causan muchas enfermedades y las zonas donde más atacan son las tropicales y subtropicales. Malaria, chikungunya, zika, dengue y fiebre amarilla están entre las más comunes.
La Organización Mundial de la Salud estima que tres mil 900 millones de personas en más de 128 países enfrentan el riesgo de contraer dengue.
Las enfermedades causadas por parásitos, virus y bacterias transmitidos por mosquitos, chinches, garrapatas, moscas y ácaros se trasmiten cuando un insecto se alimenta con sangre de una persona infectada y luego pica a otra.
Usar repelentes es una manera de protegerse contra la picadura de mosquitos y otros insectos. Estos deben estar autorizados por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos y ser elaborados con ingredientes como DEET, Picaridin (KBR 3013), Bayrepel e icaridin, aceite concentrado de limón y eucalipto o Para-menthane-dio.
Algunos ingredientes naturales no han sido evaluados por la EPA, pueden utilizarse como repelentes contra mosquitos los que contienen aceite de citronella, cedro, geranio, menta o aceite de soya.
A mayor concentración más tiempo de protección y mejor permanencia. Un repelente con base DEET al 30% ofrece arriba de 6 horas de protección.
Una forma de hacer más efectiva la acción de los repelentes para piel es complementarlos con uno para ropa, como permetrina, que se aplica en la superficie de las prendas, calzado, bolsas de dormir y otros objetos para impedir que los insectos se acerquen.
Es importante seguir las instrucciones de uso que se encuentran en el empaque.
Nunca aplicar directo a la piel de niños y bebés, rociar en la mano de un adulto y untarlo en la piel del pequeño y en su ropa. Nunca usar repelente en un bebé menor de dos meses y cerca de ojos, boca o piel irritada.