La prevención es la mejor de las defensas contra el cáncer de ovario, que con mayor frecuencia ataca a mujeres de 45 a 60 años, particularmente las que viven la etapa de la menopausia.
Uno de los mayores peligros es la ausencia de síntomas específicos, dificulta su diagnóstico temprano y llega a confundirse con otras enfermedades como colitis.
Detalles que cuentan. Algunas pacientes hablan de dolor abdominal difuso (cólico) leve o moderado, distención abdominal, estreñimiento alternado con diarrea y sensación de saciedad.
Pueden ser señales del cáncer de ovario, que puede aparecer en uno o ambos ovarios, se disemina de manera muy temprana en la superficie del peritoneo (membrana que cubre la superficie interior del abdomen).
Malos remedios. Las mujeres acuden con médicos generales, gastroenterólogos, internistas, ginecólogos que, la mayoría de las veces tienen una sospecha diagnóstica muy baja o nula hacia la posibilidad de que se trate de cáncer de ovario.
El cáncer de ovario no es posible detectarse con un estudio Papanicolaou, indican expertos del laboratorio Aztra Zeneca.
Si una mujer sufre molestias digestivos o pélvicas 12 veces o más en un mes debe realizarse un ultrasonido transvaginal, sobre todo si pertenece al grupo de edad vulnerable: 45 a 60 años.
Así se pueden llegar a diagnosticar casos de cáncer de ovario en etapa menos avanzada, indica Dolores Gallardo Rincón, responsable del Programa de Cáncer de Ovario del Instituto Nacional de Cancerología.
El tiempo entre que una mujer presenta síntomas de una aparente colitis agravada y buscar atención médica es de 6 a 12 meses, en que la tumoración puede crecer y extenderse hacia la cavidad abdominal.
El riesgo aumenta 5% cuando hay historia familiar de cáncer de mama o de ovario.
La terapia de reemplazo hormonal (más de 2 años) aumenta 2.5 veces más la posibilidad de padecerlo.
Por lo regular, este tipo de cáncer se diagnostica en etapas avanzadas, pero es potencialmente curable si se detecta en etapa clínica.