Las malas condiciones de ventilación en oficinas y hogares causan alergias, irritación en ojos, nariz y garganta, sequedad en la piel, dolor de cabeza, dificultad para concentrarse, irritabilidad, náuseas, mareos y fatiga.
Cuando los síntomas o malestares llegan a afectar a más del 20% de los ocupantes de un inmueble cerrado, se habla del “Síndrome del Edificio Enfermo”, también afecta a casas.
Las enfermedades de oficina no tienen origen en el aire acondicionado como tal, sino por la falta de higiene en ductos de ventilación, humedad y polvo en alfombras o compuestos volátiles que se desprenden de la madera, pintura y copiadoras.
Mala salud interior. El síndrome, dicen expertos, propicia enfermedades por una exposición prolongada al polvo, aerosoles, químicos para hacer la limpieza, humo de cigarro, por mencionar algunos factores. La Escuela de Salud Pública de Harvard y Dyson ofrecen cinco consejos: Purifica tu entorno: en ciudades o áreas transitadas hay que contar con un purificador de aire o sistema de control ambiental como humidificadores.
Cuando la calidad del aire exterior es particularmente mala, mantén cerra das las ventanas y en las temporadas frías y secas usa un humidificador. Procura una buena iluminación: para dormir y trabajar. La luz azul no es recomendable para dormir, una iluminación apegada a la natural es lo mejor.
Aspira regularmente con filtros HEPA: las alfombras y pisos de una oficina y el hogar son depósito de productos químicos, suciedad y polvo.
Una aspiradora con filtro HEPA atrapa las partículas de polvo, polen y otros alérgenos antes de que puedan ser liberadas al aire.