Millones de mexicanos viven con insuficiencia venosa crónica en alguna de sus formas: várices, venas varicosas o úlceras venosas y es la enfermedad vascular más frecuente, incluso por encima de padecimientos arteriales y cardíacos.
Es importate pues, 26% de la población mexicana tiene algún grado de insuficiencia venosa crónica, cuenta Baltazar Martínez, Gerente Médico Senior de TEVA, quien subraya que afecta la calidad de vida.
Amenazas en el camino. Los principales factores de riesgo son variados como herencia, edad, sobrepeso, vida sedentaria, uso excesivo de tacones, pertenecer al género femenino, utilizar prendas muy ajustadas y pasar largos períodos sentado o de pie.
Sobre los síntomas, el doctor Martínez explica que dependen qué nivel se esté del padecimiento:
Puede ir de molestia, pesadez y cansancio rápido o prolongado en las piernas, hasta dolor excesivo e incluso, cuando la enfermedad ya está muy avanzada llegan a aparecer úlceras en una de las piernas o en ambas.
Atención médica. Ante la presencia de la insuficiencia, lo que hay que hacer es consultar a un especialista angiólogo, que decidirá el mejor tratamiento:
Medidas de higiene venosa con ejercicios especiales que ayuden a una mejor contracción muscular y retorno venoso.
Medias de comprensión graduadas dependiendo el nivel del padecimiento de cada persona.
Flebotónicos naturales o sintéticos con mayor beneficio en tratamientos tempranos y a largo plazo. Existen combinaciones como Diosmina- hesperidina + dobesilato de calcio.
Escleroterapia que puede ser por medio de láser o inyecciones. El tratamiento bloquea las venas que ya no cumplen su función.
Peligro de enfermedad silenciosa. El doctor Baltazar Martínez dice que la mayoría de las mujeres con insuficiencia venosa crónica que “inician con telangectacias o llamadas varices como arañitas en las piernas.
