Las alarmas suenan fuerte cuando se habla de salud mental, fuente de múltiples problemas, algunos de los cuales llegan a ser mortales, ya que males como la depresión pueden conducir al suicidio.
En México, el peligro es grande, el 18 por ciento de la población urbana en edad productiva sufre algún tipo de trastorno del estado de ánimo: depresión, fobias o ansiedad.
Enemigo encubierto. En este plano, el estilo de vida es fundamental para una correcta salud mental, señala Edilberto Peña León, director del Centro de Investigaciones en Sistema Nervioso Central. Las horas de sueño son importantes, los niveles estresantes de vida han acortado los periodos de descanso, provocando que más personas tengan algún padecimiento mental.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) cuenta que el peligro está latente, ya que cada 40 segundos aproximadamente, una persona se suicida.
La decisión de atentar contra la vida se puede producir como consecuencia de la depresión y de momentos de crisis que afectan la capacidad para afrontar tensiones como problemas financieros, rupturas de relaciones, dolores o enfermedades.
Redes de salvación. La lucha por la vida se da en muchos frentes, en redes sociales: Facebook, Twitter, YouTube, con la detección de conductas de tristeza y depresión en sus usuarios, así como la inmediata reacción a la palabra suicidio o frases de me quiero morir.
El riesgo es real para las personas que padecen algún trastorno mental, ya que sólo una de cada cinco recibirá tratamiento. La falta de información y el estigma evita que quienes las padecen cuenten con tratamientos, a pesar de encontrarse disponibles.
Pilar Pichardo, directora médica de Lundbeck, dice que esta farmacéutica mantiene un fuerte compromiso con la mejora de la calidad de vida del paciente.