Los daña la depresión
(Foto: Archivo El Gráfico)
La depresión tiene muchas caras, se define como el conjunto de síntomas que se manifiestan por pérdida de interés o insatisfacción por cosas de la vida que antes eran importantes. Crea alteraciones emocionales, cognitivas y físicas.
El psiquiatra Felipe Vázquez dice que “25% de las personas mayores de 65 años padecen algún tipo de trastorno psiquiátrico y la depresión es el más frecuente”.
Peligro mayor. A diferencia de cómo ataca a jóvenes, en los ancianos no suele detectarse ni tratarse, sus síntomas son falta de apetito, mala concentración, dificultades de memoria, apatía, problemas para dormir, cansancio e irritabilidad, pueden confundirse con envejecimiento natural u otra enfermedad.
En México es un problema de salud pública que afecta a una de cada cinco personas antes de los 75 años, lo cual impacta su calidad de vida, incluso más que algunas enfermedades crónico degenerativas tales como diabetes mellitus, hipertensión arterial y artritis reumatoide.
Felipe Vázquez, Gerente Médico de Sistema Nervioso Central en GSK, señala que la depresión en la vejez suele ser crónica y sus consecuencias físicas y mentales complicar un problema de salud existente. Es tal su impacto que incluso llega a detonar en pensamientos suicidas, pues se estima que en este grupo de edad las tasas de suicidio son del doble que entre jóvenes.
Cambio de estilo de vida. La clave para prevenir la depresión en adultos mayores es incluirlos en actividades familiares, hacerles partícipes en la toma de decisiones, además de respetar su autonomía y dar atención oportuna a las situaciones que puedan representar un factor de riesgo.
Los médicos de cuidados primarios deben estar atentos ante esta posibilidad y utilizar herramientas de detección y hacer preguntas como ¿Ha dejado de disfrutar la vida? ¿Se siente triste la mayor parte del tiempo? ¿Siente que le ha fallado a su familia?.
