Me frustró que no siguiera, pero al final tuve un orgasmo al 2x1

Querido diario: Estoy desnuda, boca abajo, estrujando las sábanas y mordiendo la almohada. Mis tetas están pegadas a la cama, pero mi trasero está respingado, abierto para ti, que me agarras las nalgas con fuerza mientras me mides el aceite. 

Mis rodillas tiemblan, apenas capaces de sostenerme frente a tus embestidas.

Estoy empapada. Siento mis jugos escurrir por mis muslos y el olor a sexo es penetrante. Me abriste las nalgas. Creo que para ver con toda claridad a tu amiguito metiéndose en mi Qué rico. 

En cada incursión tuya sentía una lanza que me lo estremecía todo.

“No pares”, te supliqué aullando, pero a ti te valió sorbete. Fue como si te hubiera pedido que pararas, porque me la sacaste de inmediato y en una maroma me pusiste boca arriba.

¡Qué coraje! Estaba a punto de venirme. Me choca cuando me interrumpen un orgasmo. Es como si una cubeta de agua fría me helara la sangre directamente en las venas. Parar un orgasmo que ya está explotando es tan frustrante como si quitaran el agua de una alberca cuando estás a medio clavado.

Abriste mis piernas, me besaste, nos acariciamos apasionadamente y después comenzaste a bombear de nuevo.

Introducías tu pepino con fuerza, mis tetas brincaban en cada embestida al ritmo de mis gemidos. Te apreté con mis muslos contra mi almendra, me aferré a tu espalda casi clavándote las uñas.

Entraste en mí a toda profundidad. Tus arremetidas volvieron a encender el placer en cada una de mis células. El orgasmo, recién apagado, volvió a cobrar fuerza y retomó la energía del previamente interrumpido para explotar en un tsunami impresionante, mitad primer orgasmo y mitad segundo, que casi provoca que mi alma se saliera del cuerpo.

Fue un orgasmo tan intenso que me perdí. Cuando me la sacaste, el condón estaba lleno. Te tumbaste a mi lado con una sonrisa pícara.

-¿Te gustó?- Me preguntaste.

Te iba a decir que sí, pero mejor te dije que lo leyeras el martes, obvio: En El Gráfico. Espero que lo estés haciendo.

Hasta el jueves,
Lulú Petite