Sorprendentes fugas de prisioneros
Criminales que lograron violar toda la seguridad de los recintos que los privaban de su libertad
Existen fugas desde las prisiones consideradas de máxima seguridad. Muchas de ellas son retomadas para ser contadas en producciones cinematográficas.
Algunos otros escaparon de campos de concentración en la segunda guerra mundial. Sistemas de seguridad fueron vulnerados por hombres que pasan de ser prisioneros a hombres recordados por realizar estas hazañas asombrosas.
A continuación algunos escapes que serán recordados por la historia. Los escapes no son sólo de prisiones, hay también prisioneros de guerra.
La fuga de “Alcatraz”. El 11 de junio de 1962, Frank Morris, John y Clarence Anglin se fugaron de esta prisión, famosa por sus altos niveles de seguridad.
Subieron sobre el eje de ventilación por una de las chimeneas hasta llegar a la azotea. Los tres bajaron del tejado y remaron con palas en balsas de goma.
La policía encontró, al otro día, cabezas simuladas con papel higiénico, jabón y cabello real. Morris y los hermanos Anglin desaparecieron sin dejar rastro.
De acuerdo con 20Minutos, nunca los encontraron, pero se cree que se ahogaron en la bahía de San Francisco, al tratar de abandonar la isla.
Escape de Auschwitz. Esta es la historia de wetzler, un hombre judío eslovaco que escapó junto con un grupo de un campo de concentración durante el Holocausto.
Se escondieron en una pila de madera destinada a la construcción. Otros prisioneros rociaron el lugar con tabaco de Rusia empapado en gasolina para distraer a los perros. Estuvieron ocultos durante cuatro noches.
Más tarde salieron vestidos con trajes holandeses. Caminaron hacia el sur al lado del río Soła, en dirección a la frontera con Polonia y Eslovaquia. 80 millas (133 km.) de distancia. Ellos elaboraron un informe sobre cómo eran las cámaras de gas, hornos crematorios y, lo más convincente, una etiqueta de una lata de gas Zyklon. El informe de 32 páginas fue el primer informe detallado sobre Auschwitz.
Escape de Vietnam. El piloto alemán Dieter Dengler escapó de un campo de prisioneros de la selva durante la guerra de Vietnam.
Dengler fue derribado del avión por el fuego antiaéreo en Laos, y capturado. Gracias a sus entrenamientos, el 29 de junio de 1966, él y otros seis presos lograron escapar y robaron armas de la guardia.
Tuvo que sobrevivir casi un mes en la selva, soportando el calor, insectos, sanguijuelas, parásitos y hambre.
Escape del medio Oeste. En la década de 1930 John Dillinger había robado distintos bancos y asesinado a distintas personas, la mayoría, autoridades de la ley. El 3 de marzo de 1934, Dillinger intentó escapar de Crown Point, Indiana, la cárcel del condado.
Para escapar usó un arme de juguete hecha con madera, y ennegrecida con betún. Con el arma falsa tomó dos rehenes, metió a todos los guardias en la cárcel y así logró huir.
De prisionero a escritor. Billie Hayes, de 22 años de edad fue condenado a 30 años de prisión en una cárcel turca.
Una semana después se enteró que su sentencia cambiaría a cadena perpetua, por lo que decidió escapar así que comenzó a planear la fuga.
Seis meses después robó el uniforme de un guardia y algo de dinero, se tiñó el cabello de rubio y remó con la esperanza de llegar a Turquía. Hayes fue deportado a Estados Unidos y en su país escribió su biografía en un libro llamado Midnight Express, donde relata sus vivencias en la prisión y cómo escapó de ella.
En helicóptero. Pascal Payet escapó en tres ocasiones en helicóptero. La última vez en el año 2007. Sus aliados secuestraron un helicóptero Squirrel, aterrizaron en el techo de la prisión y tres hombres fuertemente armados bajaron para buscar a Payet.
Más tarde aterrizaron cerca del Mar Mediterráneo, y dejaron libre al piloto. No se supo nada de Payet y sus aliados.
Debajo de una camioneta. En el año 2009 Julien Chautard escapó de la prisión de Pentonville, en el norte de Londres. Aprovechó una distracción cuando los guardias escoltaban a los recién llegados.
Julien se metió debajo de una camioneta y se aferró a la maquinaria para escapar. Sin embargo, más tarde se entregó él mismo a las autoridades.
La fuga de la prisión de Libby. Ocurrió durante la Guerra Civil Americana. El Coronel Thomas E. Rose y el general Hamilton, construyeron un túnel con la ayuda de 15 soldados.
De acuerdo con Sobrelistas, debido a la gran cantidad de bichos, el túnel fue conocido como el “infiero de las ratas”. Después de 17 días, 109 soldados lograron huir a la ciudad de Richmond. 48 fueron recapturados, pero 59 llegaron con el ejército federal.
Escapó de prisión tres veces. Alfie Hinds huyó de prisión en tres ocasiones. En 1953 fue arrestado por robo, no fue declarado culpable pero sí condenado a 12 años; escapó escalando un muro de 20 metros.
La gente lo apodó “Houdini” Hinds. Estuvo en libertad por un tiempo, pero fue arrestado en 1956 cuando detectives de Suecia lo localizaron.
Hinds interpuso una demanda en contra de las autoridades, argumentando detención ilegal. La segunda vez escapó encerrando a los guardias en un baño, con la ayuda de unos cómplices. Pero fue capturado en el aeropuerto horas más tarde.
Regresó a Irlanda donde trabajó como distribuidor de autos y volvió a ser detenido. Cumplió su condena en 1953, pues huir de prisión no era delito grave, así que no se añadían años a su sentencia.
Se convirtió en celebridad y vendió su historia al News of the World.