Vecinos dan declaraciones de fuga de “El Chapo”
Habitantes nunca sospecharon de las camionetas que se dirigían al fondo del pueblo.
Foto: Reuters y Guillermo Perea / El Gráfico
En una bodega abandonada terminaba el túnel que liberó a Joaquín, ‘El Chapo’ Guzmán. Los muros de tabicón y techos de lámina de un predio en tierras de Almoloya de Juárez, ocultaron la huida tramada, seguramente, por meses.
Escondido entre los terrenos ejidales del pueblo de Santa Juana está el predio que sirvió de pantalla a Joaquín Guzmán Loera. Cinco veredas llevan a esa casa deshabitada y ubicada detrás de la parte sur del penal de alta seguridad del Altiplano.
Es un domicilio rodeado por kilómetros de arbustos y sembradíos de maíz, al que sólo se llega a pie, en motocicleta o en automóviles pequeños.
Así lo dicen los habitantes del centro de ‘Santa Juanita’. Ellos, los vecinos más cercanos al lugar por el que se fugó ‘El Chapo’, dicen que no hubo camiones de carga o maquinaria pesada que recorrieran las veredas para llegar al predio donde se construía el túnel.
Nadie ahí se percató de que en la última casa de uno de los caminos se escombraba la tierra que daría libertad al preso de la celda 20 del penal del Altiplano.
Lo ignoraron también los soldados de la Octava Zona Militar asentados a poco menos de un kilómetro de la cueva hecha para el capo. Igual lo desconocieron los policías federales que suelen rondar por las calles de Almoloya de Juárez.
Tal vez los tabicones apilados a un costado de la casa daban la impresión de que en el predio rodeado por una barda se terminaba de construir el domicilio. Por eso los habitantes más cercanos a la casa no sospechaban de las camionetas que se dirigían hacia el fondo del pueblo de Santa Juana.
Ahí no se terminaba de construir una casa. No era así, pues a ese domicilio de dos habitaciones y una estancia, sólo le hacia falta el piso de concreto y los habitantes.
Así, deshabitada, pero aún con la ropa y calzado de quienes pudieron ser los constructores del túnel, fue hallado el inmueble rodeado por arbustos.
A un costado de la casa y en medio de un bodegón de piso de tierra, un agujero semejante al de una alcantarilla daba salida al túnel que conectaba con el área de regaderas del penal.
Nadie en el pueblo sospechó ni supo o sabe cuánto tiempo tardó en construirse el túnel pero sí se percataron de que hace una semana, la última vereda que da hacia la casa abandonada fue cubierta por grava roja.
Ese camino teñido, el sonido de las sirenas y helicópteros que el sábado por la noche sobrevolaron las inmediaciones del Altiplano, fueron señales de que El Chapo ya había huido.