Estados Unidos.– Cuando le preguntan por su secreto, María Branyas de 117 años niega con la cabeza: “Yo no he hecho nada para cumplir años. No tengo ningún mérito”.

Parece imposible no preguntarse qué hay detrás de la que está considerada la persona más anciana del mundo. Cómo debe ser una vida tan larga. 

Branyas vive en una residencia de y festejó el pasado lunes su aniversario. Sin embargo, científicos se han dado cita para conocer qué hay detrás de su longevidad; los investigadores apuntan a una genética privilegiada y a unos hábitos positivos.

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Branyas no ha sufrido cáncer ni patologías cardiovasculares. Sabe que vive una realidad cada día más insólita. 

“Estudiamos el genoma, los microbios, las proteínas y su metabolismo para encontrar alguna pista que explique una supervivencia tan elevada; qué mutación genética tiene”, concretan los investigadores. 

Aún sin resultados definitivos, los científicos ya tienen algunos datos: las células de Branyas son unos 10 años más jóvenes que su edad cronológica.

Un repaso al árbol genealógico familiar de Branyas revela que la cantidad de octogenarias y nonagenarios es superior a la media. 

La mirada reflexiva y agradecida de Branyas encaja a la perfección con el perfil psicológico de los supercentenarios, afirma su terapeuta.

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