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Luego de esto vieron que el objeto no identificado había causado una perforación intestinal y peritonitis, una complicación potencialmente mortal.
Con urgencia, se llevó a cabo una cirugía para extraer lo que más tarde se revelaría como una anguila viva.
Los cirujanos, estupefactos, retiraron al animal, que medía lo mismo que una regla estándar, utilizando pinzas. Además, se encargaron de remover tejido necrótico del intestino del paciente, quien afortunadamente se encuentra bien.
La recuperación fue sorprendentemente rápida. El hombre se estabilizó poco después de la intervención, permaneciendo en observación hospitalaria con sólo leves molestias abdominales.
Cuando se le preguntó cómo había terminado la anguila en su abdomen, no pudo dar una explicación clara. Sin embargo, los médicos teorizan que el animal ingresó por su ano, avanzando hasta su colon y, de alguna manera, perforando hacia el abdomen.
Lo más impactante para los médicos fue descubrir que la anguila estaba viva al momento de la extracción.