TikTok tuvo más tiempo para operar en Estados Unidos gracias a un decreto de Donald Trump que extendió un plazo de 75 días para su compra. A raíz de esto, surgieron varias ofertas para adquirir la red social.

Entre los interesados se encuentran youtubers, empresarios y compañías que han mostrado interés en manejar la plataforma, que cuenta con más de 170 millones de usuarios en territorio estadounidense. Uno de los nombres destacados es Elon Musk, magnate e integrante del gabinete trumpista, quien ya maneja la red social X. Tras adquirir la plataforma del pájaro azul, Musk ha visto el potencial de controlar otra de las principales redes sociales a nivel mundial. Es relevante mencionar que Musk es el hombre más rico del mundo y propietario de Tesla y SpaceX.

Otro interesado es Jimmy Donaldson, conocido como MrBeast, quien ha mostrado su intención de entrar al negocio de TikTok. Incluso, afirmó que “muchos multimillonarios” lo contactaron para formar una alianza y realizar una oferta conjunta. Este youtuber fue el creador más visto en 2024 y cuenta con el mayor número de seguidores a nivel mundial, gracias a su popular contenido.

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El grupo Project Liberty, liderado por el multimillonario Frank McCourt, también ha expresado interés en adquirir TikTok. McCourt ya había realizado una oferta en enero, aunque esta no se concretó. Su prioridad declarada es garantizar que los datos de la aplicación estén lejos del control del gobierno chino.

Otro competidor en esta carrera es Larry Ellison, cofundador de Oracle, quien ha destacado que su compañía ya aloja los servidores de TikTok en Estados Unidos, asegurando que la transición sería más sencilla si se concreta su adquisición.

El gobierno de Estados Unidos ha expresado preocupación por la cantidad de información que TikTok recopila de sus usuarios. Se cree que la empresa propietaria, ByteDance, tiene vínculos con el gobierno de China, lo que ha generado temores sobre el posible mal uso de estos datos.

Las autoridades estadounidenses han acusado a TikTok de posibles irregularidades, como espionaje, propaganda prochina y críticas a partidos políticos en Estados Unidos. Para mitigar estos riesgos, el gobierno exigió que la empresa se vendiera o cediera parte de sus acciones a una compañía en la que Estados Unidos tuviera mayor control. Se otorgó un plazo adicional para concretar la venta, bajo la amenaza de prohibir la aplicación. Este escenario se materializó brevemente el 19 de enero, pero un decreto de Donald Trump revocó la prohibición.

A pesar de la incertidumbre, millones de estadounidenses han manifestado su preocupación por el cierre de TikTok y han comenzado a migrar a otras plataformas. Las próximas semanas serán cruciales para definir el futuro de la aplicación en Estados Unidos.

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