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El sistema de limpieza cerebral, conocido como sistema glinfático, funciona durante el sueño para eliminar sustancias residuales del cerebro. Sin embargo, una investigación reciente muestra que ciertos medicamentos para dormir podrían interferir con este proceso natural.
Un equipo de científicos de la Universidad de Rochester Medical Center, en Nueva York, realizó un estudio con ratones para entender el mecanismo de limpieza cerebral durante el sueño.
Los investigadores implantaron fibras ópticas en el cerebro de siete ratones para observar el flujo sanguíneo y el líquido cefalorraquídeo.
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El estudio reveló que la norepinefrina, una molécula presente en el cerebro, controla este sistema de limpieza. Cuando los niveles de norepinefrina aumentan, los vasos sanguíneos cerebrales se contraen, permitiendo que el líquido cefalorraquídeo ingrese al cerebro. Al disminuir los niveles, los vasos se expanden y empujan el líquido hacia afuera.
Durante el sueño no MOR (Movimientos Oculares Rápidos), el cerebro libera norepinefrina en un patrón oscilante. Esta fase resulta esencial para la memoria, el aprendizaje, entre otras funciones cognitivas.
Al administrar zolpidem a seis ratones, los investigadores observaron que, si bien los animales se dormían más rápido, el flujo del líquido cefalorraquídeo en sus cerebros disminuía en aproximadamente 30%.
Esa disminución podría tener implicaciones para la salud neurológica, aumentando potencialmente el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
La doctora Maiken Nedergaard, líder del estudio en Rochester, compara este sistema de limpieza cerebral con una lavadora que se activa durante el sueño. La investigación sugiere que la mayoría de las pastillas para dormir, al inhibir la producción de norepinefrina, interfieren en la capacidad del cerebro para eliminar toxinas.
La doctora Laura Lewis, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, indica que, aunque la arquitectura del sueño humano difiere de la de los ratones, compartimos el mismo circuito cerebral estudiado, por lo que se requieren más estudios para confirmar si los resultados del equipo de Nedergaard se aplican a los humanos.
Sin embargo, en sus conclusiones la investigación plantea la necesidad de desarrollar nuevos medicamentos para dormir que no interfieran con el proceso natural de limpieza cerebral, ya que los actuales podrían agravar los problemas de sueño y afectar la salud cerebral.