El megalodón, el tiburón gigante que dominó los océanos hace entre 15 y 3.6 millones de años, está lejos de parecer a la imagen que el cine y la ciencia ficción nos han propuesto desde hace década.

Un nuevo estudio internacional, publicado esta semana en la revista especializada “Palaeontología Electrónica”, encontró elementos nuevo sobre su tamaña, figura y velocidad al nadar, y confirmó otras características halladas en investigaciones anteriores.

Según este estudio, el Otodus megalodon podría haber tenido un cuerpo esbelto y posiblemente haber alcanzado unos 24.3 metros de longitud, aunque no se trató de una animal corpulento como el actual tiburón blanco, sino más bien tuvo un aspecto más esbelto.

El O. megalodon de 24.3 m puede haber pesado alrededor de 94 toneladas y nadar a una velocidad de crucero estimada de 2.1–3.5 kmh.

Este tiburón gigante, que dominó los océanos hace entre 15 y 3.6 millones de años, fue descrito por el equipo dirigido por el paleobiólogo Kenshu Shimada de la Universidad DePaul, Estados Unidos, con la participación de 28 expertos de nueve países, incluido el mexicano Gerardo González Barba, biólogo marino de la Universidad Autónoma de Baja California Sur en La Paz.

EL ESTUDIO

Durante décadas, el megalodón se ha representado en libros, películas e incluso en otros estudios científicos como una versión gigante del tiburón blanco actual, el Carcharodon carcharias, suposición basaba en que ambos tienen dientes serrados.

Sin embargo, el nuevo análisis de una columna vertebral fosilizada de 11 metros, hallada en Bélgica, reveló que su anatomía era más cercana al tiburón limón, especie moderna de cuerpo esbelto.

Al comparar las proporciones corporales de 145 tiburones actuales y 20 extintos, el equipo determinó que la cabeza del megalodón ocupaba 16.6% de su longitud total, y la cola, 32.6%. Con estos datos, el ejemplar belga habría medido 16.4 metros.

Vertebras más grandes de Dinamarca (23 cm de diámetro) sugieren que algunos individuos pudieron alcanzar hasta 24.3 metros.

“Nuestro estudio confirma que el megalodón no era solo un tiburón blanco gigante”, señaló Phillip Sternes, coautor y educador en SeaWorld San Diego.

El estudio aborda un enigma evolutivo: ¿por qué algunos vertebrados acuáticos alcanzan tamaños colosales y otros no? La respuesta, según los investigadores, está en la eficiencia hidrodinámica.

Los cuerpos robustos, como el del tiburón blanco, enfrentan limitaciones para crecer más allá de 7 metros, ya que requieren mayor energía para moverse. En contraste, animales gigantes —como ballenas, tiburones ballena y, según este trabajo, el megalodón— desarrollan cuerpos delgados que reducen la resistencia al agua.

“Los vertebrados acuáticos gigantes tienden a ser esbeltos. Un cuerpo voluminoso es hidrodinámicamente ineficiente para nadar”, explica Shimada en el artículo. Esta adaptación permitiría al megalodón, de 24 metros, pesar cerca de 94 toneladas y desplazarse a una velocidad moderada de 2.1–3.5 km/h, similar a la del tiburón blanco actual.

Hasta ahora, el megalodón se conoce principalmente por dientes, vértebras y escamas aisladas, pero la ausencia de esqueletos completos obliga a los científicos a trabajar con datos inconclusos. “Nuestras interpretaciones son tentativas, pero están basadas en evidencia”, aclaró Shimada. El hallazgo futuro de un esqueleto intacto permitiría verificar estimaciones sobre su forma, tamaño y hábitos.

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