Más Información
Está mañana, el empresario Elon Musk, con el visto bueno de Donald Trump, ha pasado una línea de colaboración que ha encendido las alertas entre los miembros de la administración pública de Estados Unidos: visitó el Pentágono para conocer los planes de una posible guerra contra China.
Musk, con su credencial de jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental (Doge), llegó a las instalaciones militares más seguras del mundo a bordo de una camioneta Cadillac, no en uno de sus Tesla, como una manera de mostrar que acudió más como funcionario, y menos como empresario.
Lee también: Profeco revela el mejor papel higiénico en México
La visita al Pentágono representa un nivel de acceso inusual para el director de Tesla y SpaceX, cuyas empresas mantienen contratos federales de defensa por miles de millones de dólares.
Al salir de la oficina del secretario de la Defensa a las 10:21 hora local, Musk respondió a periodistas: "Siempre son muy buenas reuniones. He estado aquí antes".
Su dicho buscó debilitar las suspicacias públicas que surgieron tras un reporte del New York Times, cuya fuente le confió a sus reporteros que la visita de Musk sería para mostrarle los planes de guerra con China.
Posteriormente, NBC News y Politico informaron que la reunión involucraría información no clasificada. Y otro funcionario dijo a Reuters que la sesión incluiría varios temas, entre ellos China.
El secretario Pete Hegseth también desmintió el reporte: "Esta NO es una reunión sobre 'planes secretos de guerra con China'. Es una reunión informal sobre innovación, eficiencias y producción más inteligente".
Incluso Trump tuvo que salir ante los reporteros para asegurar que su gobierno o no quiere una guerra con China, “pero estamos bien equipados para manejarla y no quiero mostrar [el plan] a nadie, menos a un empresario. Elon tiene negocios en China y podría ser susceptible".
Tesla tiene dos instalaciones en Shanghai. Starlink y SpaceX mantienen contratos billonarios con el Departamento de Defensa.