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Las recientes actualizaciones sobre el fuerte terremoto que sacudió Birmania el pasado viernes han dado la vuelta al mundo. El número de víctimas continúa aumentando mientras equipos de rescate internacionales llegan rápidamente al empobrecido país, donde los hospitales se encuentran saturados y algunas comunidades intentan organizar operaciones de salvamento con recursos limitados. En medio del caos, han surgido impactantes imágenes que rápidamente se viralizaron en redes sociales.
Una de estas escenas ocurrió en Bangkok, capital de Tailandia, donde tres turistas disfrutaban de la piscina en la azotea del lujoso Hotel Athenee. Al sentir el fuerte movimiento del terremoto de magnitud 7.7, cuyo epicentro se ubicó en Birmania, los turistas salieron corriendo del agua mientras la piscina se agitaba violentamente. La grabación captó el instante en que el agua comenzó a desbordarse por la fachada del edificio, generando olas que golpearon los bordes.
Las imágenes reflejan claramente la desesperación vivida en esos momentos. Otra grabación muestra cómo los huéspedes evacuaban rápidamente mientras describían el dramático movimiento del agua. Un hecho similar se reportó también en el hotel Intercontinental, en la misma ciudad.
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Estructuras dañadas
El sismo provocó daños severos en carreteras, dejando profundas grietas, derrumbó varios edificios y destruyó el reconocido Puente Ava. Debido a la magnitud de la devastación, la junta militar que gobierna Birmania emitió un inusual llamado de ayuda internacional y declaró el estado de emergencia en seis regiones.
En Tailandia, las autoridades también decretaron estado de emergencia en la capital tras el colapso de un edificio en construcción de más de 30 pisos, atrapando a decenas de trabajadores.
Organizaciones humanitarias enfrentan enormes desafíos para entregar ayuda, teniendo que atravesar carreteras destruidas y zonas devastadas en un país azotado por conflictos internos, controlado en parte por grupos armados, traficantes de armas, personas y drogas. Expertos temen posibles interferencias militares en la distribución de ayuda, complicándose aún más por las restricciones internacionales relacionadas con sanciones y transferencias de dinero hacia Birmania.
