Por Marcos Muedano, en Ajalpan
Poco a poco la tranquilidad regresa a este poblado, donde hace algunos días los rumores llevaron a los habitantes a privar de la vida a dos hermanos que realizaban encuestas y los confundieron con secuestradores.
Después del linchamiento, los habitantes tratan de realizar sus actividades de forma normal. Las escuelas están cerradas, aunque en la calle sí hay movimiento de la gente.
Los remordimientos están presentes, aunque también hay posiciones encontradas.
Dicen que la vida en Ajalpan no será la misma desde el 19 de octubre: el estigma de un pueblo violento quedará presente.
Los pobladores recuerdan que hace algunos meses una persona fue detenida por robar en una iglesia. Antes de ser linchada fue rescatada por las autoridades; en septiembre de 2012 también se salvaron tres personas —acusadas de ser robaniños— de la furia de la turba.
Desde ese momento, la confianza en las autoridades no fue la misma. Al surgir el rumor de que dos secuestradores fueron detenidos, el recuerdo regresó. Justicia por mano propia fue lo que sucedió la noche del pasado 19 de octubre.