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Su salud estaba deteriorada y era poco probable que pudiese salir adelante. “Se le caía el cabello y los coches pasaban a pocos centímetros de su cabeza”, comenta el Niall.
Después de que Niall la rescatara, los veterinarios iniciaron un proceso para sanar a Cindy. Advertían que podría fallecer por un ataque al corazón, pero con tratamiento cuidadoso y una dieta controlada, Cindy comenzó a mostrar mejoras.
El diagnóstico de un problema de tiroides marcó un punto de inflexión, facilitando su pérdida de peso gradual y saludable.

Foto: (X)
Una nueva dueña, Lana, la acogió como parte de su familia, proporcionándole un hogar donde la peluda pudo continuar su progreso.
Con caminatas, visitas a la playa y una dieta adecuada, la perra perdió peso de manera constante hasta alcanzar los 28.5 kg.
Tras meses de esfuerzo y cuidado constante, Cindy no solo recuperó su salud, sino también su alegría de vivir.