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“El Diablo les protegerá porque les hemos practicado muchos sacrificios”, declaró en su día Ogolobyak a la Policía tras ser detenido. El ruso fue sentenciado en 2010 por participar, junto con otras seis personas, en el asesinato de cuatro jóvenes de entre 15 y 16 años. Las víctimas, que respondían a los nombres de Anya Gorokhova, Olga Pukhova, Varya Kuzmina y Andrei Sorokin, fueron sacrificadas en dos rituales separados.
A pesar de su condena a 25 años de prisión, Málishev fue liberado para combatir en Ucrania, como parte de una controvertida práctica promovida por el grupo de mercenarios rusos Wagner, que ha reclutado a presos para enviarlos al frente. Esta medida generó gran preocupación en Rusia, ya que algunos excombatientes liberados han cometido crímenes graves tras regresar del campo de batalla.
El llamado a filas de reclusos, una práctica que promovió la compañía de mercenarios rusos Wagner, ha despertado gran inquietud en Rusia debido a la oleada de delitos y crímenes cometidos por algunos de ellos a su retorno del campo de batalla.
Según el medio digital independiente Viorstka, en los dos últimos años cerca de medio centenar de personas ha muerto a manos de veteranos de la guerra en Ucrania reclutados en cárceles rusas.
La mayor parte de las víctimas resultan ser los propios familiares o vecinos de estas personas por motivos domésticos y suelen ser delitos vinculados al consumo de bebidas alcohólicas.
(Foto: Especiales)