¡Te estás llenando la boca de bacterias! Limpiar las latas antes de beber no es suficiente

Si eres de los que les gusta disfrutar de alguna bebida enlatada, esto sin duda te interesa.

Una práctica recurrente por todos los consumidores antes de destapar el envase es limpiarla para poder beberla.

Un trapo, una servilleta o incluso la ropa que uno trae puesta pareciera que es perfecta para que la superficie en la que pondremos nuestra boca esté libre de suciedad.

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Sin embargo, esto no es suficiente ya que más allá del polvo o la suciedad del ambiente que esté impregnada en la lata existe un mundo de bacterias microscópicas que pueden ser dañinas para la salud.

En un video publicado en la cuenta de X @digitalcerebro, se observa una prueba realizada a unas coquitas de lata, que fueron adquiridas en un autoservicio, para demostrar su contenido bacteriano.

Con la ayuda de un isópodo de algodón, el técnico, como el de los video de las tecnologías domésticas de la PROFECO, toma unas muestras en la hojalata sin limpiar, junto donde saldrá el líquido.

Lo mismo hace con una segunda lata, pero está previamente fue limpiada con una playera del consumidor. Una tercera muestra se dio tras limpiarla con un paño seco y una cuarta con otro paño, pero agregando etanol al 70%.

Todas los residuos se colocaron en diversas cajas de cultivo de laboratorio para su incubación a 28 grados Celsius.

Luego de un tiempo se conocieron los siguientes resultados. La muestra 1 (al natural) tenía hongos y bacterias.

La muestra 2 (con la playera) también presentó algunos hongos y bacterias. Mientras que en las muestras 3 y 4 ( la del paño seco y con etanol) tenían un visible crecimiento bacteriano.

En tan solo un minuto, que dura el video, pudimos conocer lo que nos llevamos a la boca y entra a nuestro organismo al disfruta un refresco, jugo o cerveza.

Debido a que este tipo de envases son utilizados por las empresas para facilitar el tiempo de almacenamiento, están en contacto con suciedad, bacterias y microorganismos, no visibles al ojo humano, debido a que se encuentran en contacto con fauna nociva que viven en las bodegas donde son resguardadas. 

Es por eso que antes de consumirlas se recomienda lavarlas con abundante agua y jabón. Así podrás evitar enfermedades gastrointestinales que van de leves a severas.