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En primera, por recuperar el icónico videojuego japonés lanzado por Namco en 1980, un símbolo de una industria que se globalizaba en esa década a través de las “maquinitas” o “arcares”, así como entre las cada vez más populares consolas personales: Atari, Nintendo y Sega.
En segunda, al convocar a los dueños de unos de los clubes de Fiat 600 en Buenos Aires. El auto es un emblema de la industria automotriz del país sudamericano, ya que se convirtió en un modelo fabricado totalmente en Argentina, el más popular y utilizado entre la sociedad. Lo que el vochito fue para México.
El resultado es un video de 50 segundos que hace sonreír a cualquiera que haya disfrutado durante su vida tratando de salvar a la esfera amarilla creada por Toru Iwatani del acoso de los coloridos “fantasmas” que, en esta ocasión, recorren las arboladas calles de uno de los barrios más tradicionales de la capital argentina.
“El sábado llevé a Parque Chacabuco a seis locos con sus ‘fititos’ para jugar al Pac-Man y filmarlos con el drone”, dice con sencillez en su publicación en X, la misma que se ha vuelto viral en aquel país desde ayer, cuando lanzó el video en internet.
Por cierto, Pac-Man se come unas cerezas y sobrevive a los fantasmas.