ESTADOS UNIDOS.– Una de las más grandes sorpresas de las últimas elecciones presidenciales en Estados Unidos es el incremento en el porcentaje de
votantes estadounidenses de origen latino que votaron por el republicano Donald Trump. Ahora, este grupo espera cosechar los frutos de su voto y que Trump mejore sus condiciones de vida.
Sin embargo, las probabilidades de que Trump ponga su atención en este sector son prácticamente nulas. Y de hecho, su discurso antiinmigrante también puede derivar en más tensión con los grupos hispanos.
En este contexto, es probable que las
tensiones raciales y los ataques verbales y físicos contra latinos aumenten, especialmente en regiones donde los inmigrantes son una minoría.
En la historia política reciente de EU, el voto hispano ha sido visto tradicionalmente como baluarte del Partido Demócrata. Sin embargo, las tres campañas presidenciales de Trump (2016, 2020 y 2024) desafían esa percepción
al mostrar un incremento significativo del apoyo latino hacia Trump.
La forma misma en que Trump habla de los migrantes latinos, como delincuentes y violadores, ha perpetuado estereotipos negativos que impactan profundamente en la percepción pública y fomentan la discriminación hacia cualquier hispano en la Unión Americana, sin importar si es ciudadano de Estados Unidos o incluso si nació en suelo estadounidense.
Para este segundo periodo, no se prevé una situación diferente. La promesa de deportación masiva de migrantes, la presión a autoridades estatales y locales para cooperar con la justicia, temen, puede convertirse en una cacería donde no sólo quedarán atrapados los indocumentados, sino residentes legales.