¿Jesús fue un niño malo? Te contamos sobre sus años perdidos

Empieza la Semana Santa, y como cada año resurge el interés por los últimos momentos de Jesús, por lo que se conoce dentro del ámbito católico como la Pasión de Cristo. 

Sin embargo, me llama la atención que se hable tanto de su final, pero no del principio, especialmente de lo que se ha venido en denominar “los años perdidos de Jesús”. 

Los evangelios oficiales de la Biblia nos hablan de su nacimiento, y también de la huida a Egipto, de su presentación en el Templo. 

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Realmente se centran en la vida pública de Jesús, en sus predicaciones, y en su muerte. Del resto, no dicen nada. 

Durante el viaje que hice a Egipto en el pasado mes de diciembre, pude visitar el Barrio Copto de El Cairo y la cueva en la que la tradición asegura que se refugió la Sagrada Familia durante su estancia en este país. 

Allí pude ver un pozo de agua que dicen que es el que utilizaron Jesús, la Virgen María y San José. 

Es un lugar muy curioso, tanto la cueva como la Iglesia que la protege, un edificio cuyo techo tiene la forma del Arca de Noé.

Foto: (STOCKPHOTO)

Algunos estudiosos consideran que Jesús pasó su infancia en Egipto. Creen que, hasta su reaparición siendo presentado en el templo de Jerusalén con 12 años, puede que estuviera Jesús en el país del Nilo hasta esa fecha. 

El evangelio según San Mateo es el texto que narra la huida de sus padres tras la persecución de Herodes contra el futuro mesías y el Talmud, el libro sagrado de los judíos incide en la procedencia egipcia de Jesús y en el hecho de que los romanos, cuando lo aprehendieron durante la Pasión, lo acusan directamente de practicar la hechicería egipcia. Caminar sobre las aguas o convertir el agua en vino eran prácticas propias de los magos egipcios, y esas las lleva a cabo Jesús en la Biblia. 

El estudioso Morton Smith asegura que la palabra “malhechor” con la que Pilatos nombra a Jesús significa “el que hecha maleficios”. 

Jesús usaba técnicas de expulsión de demonios que eran usadas en el antiguo Egipto; y también llevaba a cabo milagros de curación de los ojos poniendo saliva en los párpados de las personas que no podían ver, una técnica que se usaba en el antiguo Egipto en esa época. 

Entonces, tenemos pistas que nos llevaban a pensar que los años perdidos de la vida de Jesús pueden estar relacionados con la cultura egipcia, y que quizá de esos saberes ocultos aprendió gran parte de los hechos y palabras que usaría durante su vida pública. 

Realmente, los evangelios canónicos, los de la Biblia, ofrecen muy poca información sobre la vida de Jesús. Pero hay otros textos, los llamados evangelios apócrifos, que recogen detalles sumamente impactantes. 

Son libros de gran antigüedad, al igual que los evangelios oficiales, pero que fueron rechazados por la Iglesia para que formasen parte del canon oficial de la Biblia. Quizá porque ahí hay datos demasiado fuertes. 

Por ejemplo, pasajes como aparecen en los evangelios apócrifos del Pseudo Mateo o el del Pseudo Tomás, donde se dice que Jesús, cuando regresaron de Egipto, si algún niño destrozaba algún juego que él hacía, como crear canales con agua y arena, les lanzaba maldiciones y estos morían. 

Sólo por la intercesión de la Virgen, los resucitaba, y que san José vivía preso del pánico por eso. 

Aunque piensen que esto es imposible, les invito a buscar los dos textos apócrifos que acabo de citar, que tienen miles de años, y que ustedes mismos descubran esta historia. 

Jesús no es sólo su final, es también esa parte de su vida de la que no sabemos nada, esa parte que fue crucial en su formación y que le convirtió en alguien que cambió la historia espiritual del mundo para siempre.