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Estas 10 personas no pueden volar... ¡pero poco les falta! Son seres humanos reales que, incluso, podrían compararse con los superhéroes de los cómics, por sus talentos equivalentes.
Gary Turner descubrió su rareza cuando tenía cuatro años y, a partir de allí, comenzó a estirarse la piel para sorprender a sus amigos.
Turner padece del síndrome de Ehlers-Danlos (SED), un grupo de alteraciones genéticas raras que provocan un defecto en la síntesis del colágeno.
Pero lejos de ser algo alarmante, en su caso este padecimiento le valió su ingreso a los récord Guinness.
A sus 50 años, es capaz de estirar su piel hasta una longitud de 15.8 centímetros.
Foto: (Fotografo. El Gráfico)
Dave Mullins, el neozelandés tiene una capacidad sobrehumana para nadar y aguantar la respiración bajo el agua.
Ha descendido 244 metros en 4 minutos y 2 segundos realizando una sola inhalación con tanque de oxígeno; sin esta herramienta ha bajado hasta 108 metros.
Foto: (Fotografo. El Gráfico)
Win Hof , el holandés tiene casi 65 años y su tolerancia a las temperaturas bajo cero es impresionante.
Tiene 26 récords mundiales en disciplinas como correr media maratón en el Círculo Polar Ártico, subir al Everest sin playera y con short, o permanecer dentro de un contenedor de hielo durante dos horas sin que su temperatura corporal varíe.
Sus hazañas dejaron sin palabras a científicos de todo el mundo.
Foto: (Fotografo. El Gráfico)
Jo Cameron tiene 75 años, vive en Escocia, y encabezó los titulares en 2019, cuando científicos descubrieron que las mutaciones en el gen FAAH-OUT no le permitían sentir dolor, estrés o miedo.
Jo no se enteró que tenía una mutación genética hasta que, a sus 65 años, acudió al hospital porque no podía mover la mano.
Allí, los médicos se percataron que la tenía completamente rota, pero quedaron asombrados de que fuera tan indiferente al dolor.
Foto: (Fotografo. El Gráfico)
Dean Karnazes, este hombre es considerado toda una celebridad en el mundo atlético, debido a su velocidad y sobrehumana resistencia.
Realizó una carrera de más de 550 kilómetros sin detenerse en ningún momento (ni para dormir), ha terminado maratones en el Polo Sur y ha completado 50 maratones en 50 días consecutivos.
A este no lo para nadie.
Foto: (Fotografo. El Gráfico)
Daniel Kish, este hombre tiene el poder de la ecolocación.
Para orientarse, el californiano chasquea la lengua y escucha atentamente cómo el sonido rebota con objetos a su alrededor.
De esta forma, se hace una imagen mental del lugar en el que se encuentra.
Es una habilidad que usan habitualmente murciélagos o delfines.
Foto: (Fotografo. El Gráfico)
Michel Lotito, durante su vida, el hombre comió todo tipo de objetos.
Y es que Michel, a sus 9 años, fue diagnosticado con un revestimiento en el estómago y en los intestinos que le permitía consumir metal sin sufrir lesiones.
Dentro de los objetos que consumió están: un ataúd, una computadora, 15 carritos de supermercado y 18 bicicletas.
Foto: (Fotografo. El Gráfico)
Thai Ngoc, el granjero vietnamita de 80 años ha asegurado que lleva sin dormir más de 60 años, desde que tuvo un fuerte cuadro febril en su juventud.
Lo más sorprendente de esta peculiar historia es que el hombre afirma que este prolongado insomnio no ha afectado a su vida diaria.
El granjero ha explicado que, con la idea de poder conciliar el sueño de nuevo, ha probado varios medicamentos, remedios caseros e, incluso, grandes cantidades de alcohol. Sin embargo, ha tenido poco éxito.
Foto: (Fotografo. El Gráfico)
Prahlad Jani, el santo hindú afirmó haber estado sin beber agua durante más de 70 años y dijo que logró absorber agua a través de un agujero en el paladar.
Los médicos del Hospital Sterling quedaron asombrados después de estudiarlo durante más de dos semanas sin verlo comer ni beber ni una sola vez en 2010.
Al entonces hombre de 82 años, sólo se le vio haciendo gárgaras y bañándose, pero no consumiendo nada.
Sobrevivió 10 años más y murió a los 91 años en mayo de 2020.
Foto: (Fotografo. El Gráfico)
Natasha Demkina, actualmente tiene 37 años, pero esta mujer rusa, desde los diez afirma ser capaz de ver directamente el interior de los cuerpos.
Con dicha habilidad es capaz de detectar y diagnosticar problemas de salud de las personas.
Natasha ha detectado con éxito quistes, úlceras y cáncer en numerosos pacientes.
Incluso, ha logrado ver el poder molecular de los “pacientes”.
Foto: (Fotografo. El Gráfico)
