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Imágenes recientes compartidas en redes sociales de Liang Lo'ko' Kuku, un pequeño pueblo donde vive la gente Toraja, muestran a los miembros de esta comunidad apiñándose alrededor de tumbas de piedra y tumbas tradicionales Toraja y desenterrando sus ataúdes del suelo.
Se vio a los aldeanos posando con sus antepasados ??muertos, que tenían la piel seca, como el papel, después de pasar años bajo tierra.
![muertos-indonesia.jpg](https://www.elgrafico.mx/resizer/v2/TVCGTUAEXJHYTBHT22V2LOOS4Q.jpg?auth=ba76c8cf57668361f55736db8e285212d470da1bd00da66f4487bd392b1fa6da&smart=true&height=620)
Foto: (AP)
Asimismo, se vio a un hombre acariciando la cabeza de un muerto muy bien conservado y que aún se le podía ver el cabello, mientras otros aldeanos colocaban los cuerpos de sus familiares nuevamente en sus ataúdes con ropa nueva y moderna.
Si bien muchos fueron vestidos con sarongs tradicionales, largos trozos de tela tradicionales en el sur y sureste de Asia, a muchos también les pusieron gafas de sol y cinturones modernos.
Según los testimonios de los locales, el pueblo Toraja no ve la muerte como un acontecimiento singular, sino más bien el paso gradual del alma a la otra vida.
Por ello, consideran que los cuerpos de las personas recientemente fallecidas aún necesitan ser cuidados.
![indonesia-muertos.jpg](https://www.elgrafico.mx/resizer/v2/LVQV66XVWJCVXIYDVC6FH4GOMI.jpg?auth=9dcde90c688bb602b67cb21fd0ca88875535778ee1a02ab3280d79611c3ae093&smart=true&height=620)
Foto: (AP)
Los lugareños creen que la ceremonia comenzó con un cazador local llamado Pong Rumasek, que vivió hace cientos de años, aunque la autenticidad de este mito se considera cuestionable.
Se dice que encontró un cadáver abandonado en la jungla. Conmovido por la suerte del extraño, se hizo cargo del cadáver y lo vistió con su ropa.
Desde entonces, se decía que Pong había sido bendecido con buena suerte y abundantes cacerías y cosechas, por acoger aquellos restos.