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El artista ha declarado a algunos medios de comunicación desde detrás de las rejas que no había hecho nada malo y que su arresto expuso el grado de homofobia en Filipinas.
El hombre, de 33 años, fue acusado de cometer actos ofensivos que implican bailar, cantar y hacer twerking con una canción religiosa, entre los asistentes a una fiesta, según una de las dos denuncias penales presentadas por grupos cristianos.
Antes de su arresto, Amadeus defendió su actuación como arte y argumentó que el movimiento ‘drag’ no es un delito.
Su caso tomó gran relevancia a través de las redes sociales, en donde usuarios de distintas partes del mundo mandaron mensajes de apoyo al ‘drag’.
Incluso, el investigador principal de Human Rights Watch, Carlos Conde, dijo que el arresto de Pagente es un ultraje. “Nadie debería ser arrestado, y mucho menos detenido, por expresarse”, afirmó Conde, pidiendo que se retiren los cargos.
Reyna Valmores, de la alianza LGBTQ Bahaghari, acusó a las autoridades de doble moral por perseguir a Pagente, cuando artistas heterosexuales también se habían burlado de Jesucristo en Filipinas.
Sin embargo, también tiene detractores como el padre Jerome Secillano, de la Conferencia Episcopal de Filipinas, quien calificó la actuación del detenido de blasfema e irrespetuosa.