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Sin embargo, las brujas tienen una historia larga y elaborada. Sus predecesoras aparecen en la Biblia, en la Edad Media e, incluso, aún se conocen brujas contemporáneas que, pese a ser señaladas negativamente, siguen compartiendo sus conocimientos, pócimas y hechizos. A continuación, te presentamos a una serie de las ‘brujas’ (algunas nunca lo fueron) más famosas de la historia.
Es considerada la primera mujer condenada por brujería en Irlanda. Un obispo aseguró que Kyteler tenía contacto con demonios, pero como ella tenía una posición privilegiada, no podía imponerle un castigo, así que obligó a una criada a confesar que su patrona estaba relacionada con la magia negra. Para entonces, la “bruja” había desaparecido y fue su ayudante la que murió quemada en la hoguera.

(Imagen: Especiales)
A finales del siglo XVIII, en el pueblo de Blair, situado en la zona norte del estado americano de Maryland, ocurrieron hechos estremecedores. En 1785, una mujer fue acusada de ‘engañar’ a varios niños de su pueblo para sacarles sangre. Fue expulsada del pueblo, atada a una carretilla y empujada así a los bosques, donde, se supone, murió debido al invierno. Posteriormente, Elly Kedward inspiraría la película de la Bruja de Blair.
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Aprendió de su madre los misterios del vudú en su Nueva Orleans natal. Vivió durante el siglo XIX. Usaba los más diversos amuletos que vendía cuando ejecutaba sus servicios. Considerada como la verdadera reina del vudú, Marie Laveau poseía tal poder que convirtió a la ciudad de Nueva Orleans en su reino, hechizando a todos sus habitantes con su magia. En sus prácticas, Marie combinaba ciertos elementos del catolicismo con la magia africana y era célebre su mascota, una serpiente gigantesca llamada ‘Zombie’.

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Es una sacerdotisa de la brujería estadounidense y autora de varios libros. Fundó la Tradición Cabot de la Ciencia de la Brujería y la Liga de Brujas para defender los derechos civiles de las brujas en el mundo. Ahora tiene 91 años y vive en Salem, en su juventud fue una de las primeras en hacer famosas las costumbres Wiccas en su país.

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También en el universo nahua confluía la idea del bien y el mal, y la hechicería no era excepción. Una de las criaturas sobrenaturales más temidas de la época prehispánica era la bruja Mometzcopinqui. Se decía que aparecía en las noches en forma de bolas de fuego en los cerros (idea que aún perdura) hasta alcanzar los poblados, en los que tomaba como víctimas a recién nacidos, pues se alimentaba de su sangre. Además, se dice que tenía la capacidad de quitarse sus piernas.
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Conocida como ‘La Mujer Vampiro’. Nacida en Inglaterra, fue popular por su obsesión por la magia negra, y asesinada en 1893; en su agonía juró regresar de la muerte para vengarse. Asustados por esto, su cuerpo fue enviado a las costas del Perú.

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Circe era una hechicera de la mitología griega, hija de Helios, el dios del sol, y Perseis, una ninfa. Podía crear pociones mágicas para transformar a la gente, hecho conocido de la Odisea cuando transforma a la tripulación de Odiseo en cerdos. También fue Circe la que convirtió a Escila en un monstruo marino.

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En 1692, en la aldea de Salem (Massachussets) fueron ejecutadas 20 personas y arrestadas 200 por distintos delitos relacionados con la brujería. Cuatro años después de los juicios, los jurados firmaron una confesión de error. Lo que sucedió es que algunas de las acusadas padecían epilepsia que les hacía expulsar espuma por la boca, por lo que fueron relacionadas con posesión demoníaca. Para otros la fuente de todos estos síntomas fue una intoxicación por comer pan de centeno.

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Nació y murió en Inglaterra y fue conocida como “El hada luchadora de Bodmin”. Se decía que era clarividente y que la gente acudía a ella para adivinar su futuro y sanar sus dolencias. Con el tiempo, Joan Wytte también se hizo famosa por su mal carácter, hasta el punto de que fue encarcelada por golpear a varios de sus vecinos, incluso, en medio de una acalorada discusión, murió. Su cuerpo fue disecado y puesto en un ataúd, pero no fue sepultado. Se dice que años después de su muerte, en 1819, su espíritu apareció varias veces en el museo donde se colocó su féretro.
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