El misterio de los cátaros, de los movimientos religiosos más importantes de la Edad Media

Hace unas semanas tuve la oportunidad de estar en Carcasona, Francia, un enclave medieval asociado a los misteriosos cátaros. 

El catarismo fue uno de los movimientos religiosos más importantes de la Edad Media y su existencia dio origen, precisamente, a la institución de la Santa Inquisición.

Los cátaros florecieron en el sur de Francia, en la zona del Languedoc, y eran numerosos en el siglo XII, eran vegetarianos, célibes, caminaban descalzos y creían en la reencarnación. 

Lee también: Cancelan evento “Prófugos del Anexo” de Julión Álvarez y Alfredo Olivas ¿por qué?

Seguían a Jesús de Nazaret pero de una forma muy diferente a la Iglesia católica. Ellos pensaban que tanto Dios como todos los seres vivos tienen una doble naturaleza, positiva y negativa a la vez. 

Igualmente, consideraban que la Tierra había sido creada por el demonio, que era, por lo tanto, una especie de infierno, y por este motivo la humanidad cayó en el pecado. 

Dios, apiadándose de los seres humanos, les envió a su hijo, Jesús, para que nos enseñara el camino correcto, predicando el amor.

De hecho, el mayor mandamiento para los cátaros era el amor, amar a todos y a todo cuanto les rodeara. 

La única oración válida para los cátaros era el Padre Nuestro, y el principal sacramento que practicaban era el Consolamentum.

Este sacramento era definido por los cátaros como un “bautismo en el Espíritu Santo”. 

Las jerarquías católicas detestaban a los cátaros. En gran parte porque su religión se centraba en alcanzar la unión con Dios pero de forma individual, sin intermediarios. Además, rechazaban el símbolo de la Cruzpor haber sido un instrumento de tortura. 

Las creencias de los cátaros son herederas de los gnósticos, que fueron grupos que surgieron en los primeros siglos del cristianismo y que, claramente, tenían ideas muy diferentes a la de la Iglesia capitaneada por San Pedro.

Los gnósticos del cristianismo primitivo, además de todo lo comentado, creían en las fuerzas del bien y del mal y en que uno por sí mismo podía salvarse a través del conocimiento íntimo de lo divino. 

Desde los primeros siglos del cristianismo los padres de la Iglesia consideraron estas creencias sectarias y herejes.

Pero vivieron en grupos reducidos y tenemos constancia de ello gracias a hallazgos tan importantes como los textos de Nag Hammadi, descubiertos en Egiptoen 1945. Esta biblioteca contiene evangelios apócrifos de un valor incalculable, donde se habla de estas ideas gnósticas y también de cuestiones tan polémicas como el Evangelio de Felipe, datado entre los siglos II y III, donde se habla de María Magdalena como la compañera de Jesús, que Jesús la amaba más que a los demás, que a menudo la besaba en la boca, y los celos que Pedro tenía de esta relación.

Lo más impactante de todo es que parece haber una tradición oral, una línea de información que se ha mantenido con el paso del tiempo, que estaba presente en los cátaros y que
estaba presente en grupos reducidos de los primeros cristianos, los gnósticos.

Gracias a la aparición de la biblioteca de Nag Hammadi, se demuestra ese vínculo entre las ideas cátaras y las gnósticas de los primeros años del cristianismo. 

La Iglesia no podía ni quería permitir esta herejía, y por eso creó la primera Inquisición del mundo en el sur de Francia, con el objetivo de erradicar a los cátaros.

Miles y miles de ellos murieron en la hoguera. Fueron encarcelados y expulsados de territorios como Carcasona, y no olvidemos el asedio de Montsegur, que duró once meses, y que terminó con la quema de cientos de personas que se negaron a renunciar a su fe.

La leyenda asegura que en Montsegur los cátaros protegían un tesoro, y que ese tesoro estaba relacionado con el Santo Grial. 

Se dice que algunos Perfectos cátaros consiguieron ponerlo a salvo antes de inmolarse.