Más Información
Estos tumores generalmente se descubren al nacer, pero el de Ruby-Mae había estado creciendo sin ser detectado durante años. Los médicos sospecharon que el tumor se había desarrollado cuando estaba en el útero de su madre.
Por suerte, no fue canceroso, pero había crecido tanto que provocó que su apéndice estallara, lo que puso en peligro su vida.
Ruby-Mae fue sometida de urgencia a una cirugía para extirpar el tumor que pesaba 8 libras (3.62 kilogramos), lo mismo que un bebé recién nacido.
Se recuperó bien y Sarah, una profesora originaria de Nottingham, espera crear conciencia entre otros padres. “Fue muy aterrador cuando la llevé de urgencia al hospital. Sabía que ella aún no era sexualmente activa, pero aun así se me cruzó por la cabeza”, dijo.
“Cuando vi su barriga hinchada en el hospital, dije: ‘¿Hay algo que quieras decirme?’. Simplemente no podía creer que ella tuviera un tumor todos esos años... no teníamos absolutamente ninguna idea ni advertencia al respecto”.
Le dolío. Ruby-Mae era una niña “perfectamente sana” sin síntomas previos al descubrimiento, hasta que un día se despertó quejándose de un fuerte dolor de estómago.
Los médicos le diagnosticaron el raro tumor de teratoma y a pesar de ser benigno, el tamaño presionó la apéndice provocando su ruptura, lo que puedo propagar una infección por todo el cuerpo.
La niña fue llevada de urgencia a cirugía, donde le hicieron una incisión vertical desde arriba del ombligo hasta el estómago para sacárselo.
“Se levantó caminando 12 horas más tarde y pudo regresar a casa después de un par de días”, relató su mamá. Se recuperó y no necesitó ningún tratamiento adicional.