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La concejal Mercedes Narcisse, demócrata de Brooklyn y promotora de la iniciativa, destacó en una entrevista a la agencia AP que más del 90% de las infracciones por cruzar “incorrectamente” la calle durante el año pasado fueron impuestas a personas negras y latinas: "Seamos honestos, todos los neoyorquinos cruzan la calle donde pueden. La gente simplemente intenta llegar a donde necesita ir".
La ley, que se convirtió en ordenamiento después de que el alcalde Eric Adams decidiera no vetarla ni firmarla en 30 días, permite ahora a los peatones atravesar las calles en cualquier punto, incluso fuera de los cruces peatonales señalizados y aunque los semáforos indiquen lo contrario.
Sin embargo, la nueva normativa incluye una advertencia importante: los peatones que crucen fuera de las zonas designadas no tendrán derecho de paso y deberán ceder el paso a los vehículos que sí lo tienen.
Organizaciones civiles en favor de los peatones como America Walks han documentado que las leyes para obligar a las personas a cruzar exclusivamente por las esquinas fueron impulsadas por la industria automotriz en la década de 1930 como una estrategia para despejar las calles y dar más espacio a los vehículos, estrategia que dio paso al término despectivo "jaywalking" que tiene sus raíces en el argot del Medio Oeste estadounidense de principios del siglo XX, donde "jay" se refería despectivamente a una persona pueblerina o ingenua.
La decisión de las autoridades de las Gran Manzana se suma a una tendencia en Estados Unidos. Ciudades como Denver y Kansas City, así como los estados de California, Nevada y Virginia, han despenalizado esta práctica en años recientes.