AISLADOS SOCIALES
Padres encerrados en Corea del Sur ¿por qué?
No se permiten teléfonos ni computadoras dentro de estas celdas de 5 metros
(Foto: AFP)
SEÚL. – Lo único que conecta cada habitación de la Fábrica de la Felicidad, en Corea del Sur, con el mundo exterior, es un agujero en la puerta por el que se entregan las comidas.
No se permiten teléfonos ni computadoras dentro de estas celdas de 5 metros cuadrados, y sus habitantes solo tienen las paredes desnudas por compañía.
Los residentes pueden vestir uniformes carcelarios azules, pero no son reclusos: han venido a este centro para vivir un “confinamiento”. La mayoría tiene una cosa en común: un hijo que se ha apartado por completo de la sociedad.
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Estos reclusos se conocen como hikikomori, un término acuñado en Japón en la década de 1990 para describir el severo retraimiento social de adolescentes y adultos jóvenes.
Desde abril, los padres han estado participando en un programa educativo para progenitores de 13 semanas de duración, financiado y dirigido por dos organizaciones no gubernamentales: la Fundación Juvenil de Corea y el Centro de Recuperación Ballena Azul.
El objetivo del plan es enseñar a las personas cómo comunicarse mejor con sus hijos.
El programa incluye tres días en una habitación que replica una celda de aislamiento. Los padres que han acudido a la Fábrica de la Felicidad siguen anhelando el día en que sus hijos retomen una vida normal.