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Tres características los convirtieron en aliados inseparables de miles de personas durante esa década: su pila era casi eterna, su tamaño era diminuto, por lo que eras muy discretos, y que para funcionar utilizaban las frecuencias VHF y UHF que para ese momento estaban ampliamente extendidas en todo el mundo para transmitir canales de televisión, por lo que en muchos países las empresas de TV también encabezaron las de pagers, como en México.
Curiosamente, estas tres características son las que mantienen en boga a estos aparatitos en negocios como la hotelería de superlujo, donde es imperdonable que suene un ringtone, en la industria de la seguridad, en la que aprovechan los códigos para enviar instrucciones, y para la comunicación en lugares como los quirófanos en los que se cuida al máximo la asepsia.
En la mañana de este martes, cientos de beepers estallaron al mismo tiempo en Líbano y en algunas zonas de Siria para atacar a miembros y simpatizantes de Hezbollah, grupo terrorista respaldado por Irán que prometió con tomar represalias contra Israel, a quien culpó del ataque que dejó imágenes de confusión y personas ensangrentadas y quemadas en la región de sus bolsillos del pantalón.
Algunas versiones de medios y agencias de noticias sostienen que Israel interceptó un gran cargamento de buscapersonas y teléfonos celulares provenientes de Taiwán. De confirmarse esta información, durante ese decomiso el grupo israelita encargado de la operación pudo cambiar los equipos por los que explotaron esta mañana.
El surgimiento de los teléfonos inteligentes fue el principio del fin para los pagers.
Los smartphones ofrecían una infinidad de funciones que los pagers no podían igualar, como la posibilidad de realizar llamadas, enviar mensajes de texto, navegar por internet y acceder a una amplia variedad de aplicaciones.
Pero, ¿qué era realmente un beeper?
Se trata de un dispositivo que era usado como medio de telecomunicaciones que recibía mensajes cortos. Se conforma de un aparato cuadrado o rectangular, que puede incluír botones y una pantalla de cristal líquido.
Fue popular en la década de 1990, cuando coexistían con los teléfonos móviles analógicos (incapaces de enviar y recibir mensajes de texto). Con el auge de los SMS en los primeros teléfonos móviles digitales a finales de la década, el busca quedó obsoleto.
Este gadget tiliza señales de radio para enlazar un centro de control de llamadas con el destinatario, lo cual los hacía más seguros que las redes de telefonía móvil, sobre todo a la hora de enviar mensajes a zonas sin cobertura, ya sea a causa de interferencias, por las "sombras" producidas por los accidentes geográficos o por hallarse en el interior de edificios.